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ÁLEX CHICO, ESCRITOR

«El suicidio fue una decisión filantrópica»

«El suicidio fue una decisión filantrópica»

Seducido por la figura del filósofo alemán Walter Benjamin, Álex Chico acaba de publicar Un final para Benjamin Walter, una novela que se sumerge en los últimos días de vida del pensador en la localidad catalana de Portbou, donde tras su huida de la Alemania nazi acompañado de otros cuatro exiliados, se rumorea que Benjamin puso fin a su vida para garantizar la huida de sus compañeros de viaje.

-¿Que tenía Walter Benjamin para llamar su atención?

-Muchos años antes de su muerte, en uno de su libros, Benjamin narró un sueño en el que huía junto a otras cuatro personas a través de las montañas. Al amanecer, tras pasar por un acantilado llegaba a un pueblo en el que desde sus calles se veía el mar. Su llegada a Portbou fue exactamente así, tanto que la similitud es alarmante. Casi podría decirse que Benjamin practicó una literatura del presagio.

-Se trata de una muerte rodeada de misterio. Todavía hay rumores que relacionan su muerte con la Gestapo y agentes de Stalin.

-Yo fui a Portbou con la ingenuidad de querer trasladar literariamente la resolución de ese misterio. Mi idea inicial era un texto con algún toque de novela negra en el que pudiese utilizar ingredientes como la muerte y las teorías conspiratorias para responder a esa historia inconclusa. Finalmente todo aquello acabo variando de rumbo. Yo no soy un autor de literatura policiaca, y pronto me di cuenta de que si iba a escribir un libro tenía que ir sobre la relación entre Benjamin y Portbou, y sobre como en ese diálogo los dos parecen convocar siempre a un tercer individuo, una persona que puedo ser yo como paseante, como si se tratase de un triángulo que espera para completar su geometría.

-¿Qué descubrió en Portbou?

-En primer lugar, era un lugar accesible para mí, ya que esta a tan solo dos horas de mi residencia en Barcelona. Pasé allí unos días y cada vez era más magnético. Me di cuenta de que aquel escenario proyectaba la obra anterior de Benjamin, una materialización geográfica de unos pensamientos y una filosofía previa. En pocos lugares he comprobado esa relación tan estrecha entre terreno y escritura.

-¿La historia le sirvió de vehículo para contar algo más?

-Efectivamente. Al final me di cuenta de que la resolución del caso importaba menos de lo que yo creía, y que la respuesta era la propia búsqueda. Lo que me parece fundamental de esta historia es que Walter Benjamin siga en Portbou, ya que eso significa que recordamos porqué murió. Si hubiese sido enterrado en Alemania, o Machado en Sevilla, tal vez olvidaríamos porque han muerto allí, olvidaríamos que fueron exiliados y expatriados.

-Usted defiende la teoría del suicidio porque «es la más coherente con la ideología de Benjamin».

-Para él, el suicidio no era concebido exclusivamente como una renuncia a la vida, él lo concebía como una pasión heroica. Su suicidio salvó las vidas de sus compañeros de viaje, ya que causó tal impacto que las autoridades locales hicieron la vista gorda. Si él no hubiese muerto probablemente todos ellos hubiesen sido encerrados en campos de concentración. Me inclino a pensar que su suicidio no fue del todo una decisión egoísta, sino que fue filantrópica.

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