Apenas dos semanas después de la inundación de 14.000 hectáreas de cultivo, según las estimaciones de la organización agraria UAGA, por la crecida extraordinaria del Ebro, Agroseguro ya ha recibido reclamaciones de más de 4.000 de esas hectáreas que quedaron anegadas. Sin embargo, aunque las aguas del río ya vuelven a su cauce habitual, todavía es pronto para iniciar las peritaciones al continuar los campos demasiado húmedos. Desde la compañía de seguros prevén iniciar durante la primera semana de 2022 las evaluaciones sobre el terreno para que cojan velocidad de crucero en cuanto finalicen las festividades navideñas.

Del total de reclamaciones enviadas a Agroseguro a fecha del 28 de diciembre, la mayor parte de las hectáreas afectadas corresponden a cultivos forrajeros, con 2.530,14 hectáreas. Por debajo, los agricultores aragoneses ya han solicitado la evaluación para las compensaciones de 1.283,7 hectáreas de cereales de invierno. Estos son los dos grupos de cultivos más afectados, como ya se informó tanto desde las organizaciones agrarias como desde la Consejería de Agricultura del Gobierno de Aragón al pasar la cresta de la crecida por las riberas del Ebro. Por debajo, mucho menos reseñables son las peticiones de compensación en cuanto a guisante y haba verde, con 119,76 hectáreas reclamadas, o las 87,71 hectáreas de coliflor.

Un campo inundado en la Ribera Baja del Ebro. | ÁNGEL DE CASTRO

Si bien es cierto que todavía los campo están «muy húmedos», según señala el delegado territorial de Agroseguro en Aragón, Juan Cruzán, también lo es que «las aguas se han retirado en esta ocasión con mayor prontitud que en otras riadas». Este hecho, dice Cruzán, podría «salvar» algunos de los cultivos que quedaron anegados, especialmente aquellos que estaban en parada vegetativa.

Peritaciones

En cualquier caso, desde Agroseguro afirman tener un equipo de más de 30 técnicos preparado para iniciar las peritaciones, al que se sumarán trabajadores de la compañía en otras comunidades, algo habitual ante fenómenos como una riada. Se dividirán las peritaciones en dos tipos. La primera, en los casos en los que el cultivo estuviera a punto para la recolección, se evaluará y se decretará la compensación por las pérdidas de la explotación.

No obstante, es el segundo supuesto el que más preocupaba al sector agrario aragonés, dado el adelanto de la crecida de este año –llegó en diciembre– respecto a las anteriores, habituales de la primavera. Responde esta cuestión a los casos en los que el cultivo acababa de ser sembrado y cuya recolección es más tardía. En estos casos, los técnicos de Agroseguro llevarán a cabo una primera visita previa para recabar información sobre la explotación. Unos meses después, se desarrollará una segunda visita, definitiva, que evaluará cuáles son los daños reales de la crecida sobre los cultivos y las pérdidas para el agricultor.

Pero echando la vista atrás, la riada con la que se ha comparado la crecida de diciembre de 2021 ha sido desde un comienzo la de marzo de 2015. En aquella ocasión, según datos del Gobierno de Aragón, las hectáreas afectadas alcanzaron las 20.900, de las que 15.800 eran de cultivo. De hecho, muchas de las parcelas y explotaciones que sufrieron la cresta de una crecida que si mereció el calificativo de «histórica» no estaban aseguradas. En 2018, por otro lado, fueron 15.000 hectáreas de cultivo y granjas las afectadas.

En otro orden de cosas, el consejero de Agricultura de la DGA, Joaquín Olona, se comprometió a fijar las compensaciones en torno a la figura del seguro, subrayando que «donde no pueda llegar Agroseguro por razones de normativa, llegará el Gobierno de Aragón. «No sería justo que habiendo utilizado los cultivos como laminación se dejara el peso del coste en ganaderos y agricultores», dijo Olona.