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Mujer y deporte

Noemí Navarro: Un sueño para la historia

Noemí Navarro es la primera entrenadora de un equipo femenino en el Real Zaragoza y la encargada de sentar las bases hacia el profesionalismo

Noemí Navarro: Un sueño para la historiaANGEL DE CASTRO

Todo nació hace un par de años, en una reunión convocada por Ramón Lozano, director de la Ciudad Deportiva, y Pedro Suñén, coordinador de fútbol base. A ella acudió Noemí, experta en fútbol femenino tras haber sido futbolista y seleccionadora autonómica. El Real Zaragoza necesitaba contar con un equipo femenino. Y debía ser cuanto antes. Todo se puso en marcha con la idea de diseñar una escuadra en iniciación ese mismo año, «pero la pandemia lo paralizó todo y obligó a esperar», recuerda Noemí, que, ahora sí, vuelve a la carga para hacer historia y convertirse en la primera coordinadora de la escuela de tecnificación. «Es un sueño cumplido de mucha gente con la que tantas veces habíamos hablado de esto. Recuerdo a Miguel Ángel Tolosana, con el que siempre compartí ese deseo, o Conchi Domingos, que está ahora conmigo. Siempre dijimos que algún día seríamos entrenadoras del Real Zaragoza. Y aquí estamos», se congratula Noemí.

En realidad, aquel deseo ya se formulaba en voz alta en el vestuario cuando ella era jugadora. «No entendíamos por qué el Real Zaragoza no tenía equipo femenino», admite. «Siempre he soñado con llegar a lo más alto y en hacer algo por el fútbol femenino, pero tuve que dejar el fútbol porque no se podía ser a la vez seleccionadora y jugadora. Me reclamó Miguel Ángel Tolosana y estuve once años dirigiendo primero a la selección aragonesa sub-12 como segunda, luego a la sub-16 y cuando Miguel Ángel falleció me quedé con la sub-18».

Pero la llamada del Real Zaragoza lo cambió todo. Noemí llegó a la Ciudad Deportiva para formar parte del cuerpo técnico del equipo de la Liga Genuine, integrado por discapacitados intelectuales, la otra pasión de Navarro, que también se dedica profesionalmente a ellos. «Me costó mucho dejar las selecciones, pero el hecho de que el fútbol se parara por la pandemia me ayudó a asimilarlo todo. Me hubiese encantado seguir, pero me tiraba muchísimo ser entrenadora de este maravilloso proyecto», dice.

Pasos firmes

Así que nada de espinas clavadas ni vocaciones frustradas más allá de «no haber ganado nada y disfrutar de lo que las niñas sí tienen ahora». Porque el fútbol femenino no para de crecer. «Son pasos pequeños, pero de gigante a la vez. Yo vengo de un tiempo en el que no había chicas para jugar y tenía que ir llamando a los timbres para ver quién quería hacerlo. Ahora, todo es muy distinto», asegura Noemí, que aboga por ir sobre seguro. «Se trata de dar pasos firmes. Está todo cambiando mucho y no se puede empezar la casa por el tejado. Un ejemplo claro es Alexia Putellas (la primera futbolista española en conquistar el Balón de Oro). Estamos en el buen camino, apostando por la base y formando niñas que asuman los valores y sientan cosas», afirma la responsable de la Escuela femenina.

En estos cuatro años en la Ciudad Deportiva, Navarro pasó de ser entrenadora a ejercer como coordinadora de un proyecto «que pintaba muy bien» y que le hizo sentirse en casa desde el primer momento. «Me encanta cómo me han acogido Ramón Lozano, Pedro Suñén y Christian Lapetra. Lo han hecho con muchísimo cariño y con ganas de aprender. Porque asumen que son novatos en fútbol femenino, pero ellos, como estructura de club, nos dan muchísimo y la aportación es mutua», asegura.

Con casi una veintena de leonas a su cargo, la primera camada de la Escuela femenina ya luce melena en una Ciudad Deportiva que disfruta de un momento histórico. «El primer día estaban muy nerviosas, pero no son conscientes de lo que tienen en sus manos. Queremos que lo vivan como una experiencia bonita porque esto no solo es historia, es una pasada. Cuidamos mucho cómo decimos las cosas, pero, sobre todo, queremos que esto salga bien y que tengan claro que hemos venido para quedarnos».

También aquí se trata de ir paso a paso, sin prisas innecesarias. «Sentimos tanta emoción que, a poco que logremos transmitirla, las niñas también la sentirán. No dejas de ser un referente para ellas». Ni siquiera la responsabilidad asusta. «Puede más la ilusión de haber cumplido un sueño», afirma Noemí, que recurre al lema que le ha acompañado toda la vida. «Nunca hay que dejar de soñar. A ellas se lo digo también, No hay límites».

El fútbol femenino ha llegado, al fin, al Real Zaragoza. Después de Navidad las inscritas serán ya 24 y cada año irán aumentando las categorías. El sueño ya no se detiene. De aquí saldrán las primeras jugadoras del Real Zaragoza que competirán en Primera División. «Agradezco de corazón a todos los que lo han hecho posible. Ahora toca seguir soñando», promete Noemí. 

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