Con una temperatura de 4 grados bajo cero y soportando la nieve, los más de 400 inscritos en la XI FIM Ruta de los Penitentes tomaron la salida en el Resort Balneario de Panticosa a partir de las cinco y media de la mañana. Esos 400 motoristas, llegados de toda España, pero también de Francia, Inglaterra, Alemania o Grecia, disfrutaron de un día lleno de pasión por las dos ruedas que ni las bajas temperaturas pudieron apaciguar.

En esta ocasión, como en el pasado año, las motocicletas iban equipadas con un transpondedor GPS que localiza en todo momento a cada uno de los participantes en tiempo real, lo que permite a la organización de la prueba controlar los movimientos de los inscritos.

UN ACCIDENTE LEVE El Castillo de Aínsa acogió unas horas después de la salida a los penitentes en su interior para reponer fuerzas antes de continuar un recorrido que los llevaría por casi 800 kilómetros de espectaculares vías del Pirineo. Después del frío de primeras horas que tuvieron que sufrir los 400 participantes, la mañana transcurrió ya con buen tiempo y sin mayores incidencias, a excepción del accidente sufrido por uno de los motociclistas en la A-2210 a la altura del Puerto del Pino y que fue trasladado al hospital de Barbastro por las asistencias médicas de la organización. El piloto, en un accidente leve, ya que no perdió la consciencia, sufrió alguna fractura y por la tarde a petición propia se trasladó a Zaragoza para seguir en la capital con la recuperación.

Las primeras motocicletas hicieron su aparición en el Balneario de Panticosa a última hora de la tarde y el goteo de llegadas se prolongó hasta bien entrada la madrugada. Es una Ruta de los Penitentes que no entiende de tiempos, ni de marcas de velocidad, y en la que lo único importante es el disfrute y la superación personal junto con la pasión por las dos ruedas.