El partido dejó dos noticias muy positivas para el CAI, que ya tiene prácticamente atado el objetivo de la permanencia y que el final de la temporada está a la vuelta de la esquina. El equipo aragonés consiguió sus dos objetivos de la mañana, imponerse al ICL Manresa para sumar la undécima victoria del curso y hacerlo por más de siete puntos (al final fueron 17, 82-65), lo que le da ventaja con respecto al equipo catalán en la clasificación en caso de empate final. Lo hizo en un partido horrible en sus primeros veinte minutos y con algo más de vuelo en los segundos, en los que se soltó por velocidad y su mayor acierto de cara al aro rival le permitieron romper el partido.

La primera parte del encuentro fue como para pedir la devolución de la entrada. Un baloncesto de patio de colegio, lleno de imprecisiones, sin ningún patrón y con más errores que aciertos dejaron veinte minutos soporíferos y de pocos puntos. El CAI era lo de siempre, un equipo con problemas en el exterior, acentuados porque Sastre aún no está al 100%, con un Norel capaz de superar a Musli y un Kravtsov diésel al que le cuesta arrancar y ponerse en marcha. Enfrente, el Manresa parecía un equipo de escasos recursos y la anotación fue muy baja.

Tan solo se animó la cosa justo al final de los veinte minutos, cuando Casadevall reclamó a los árbitros --que parecían contagiados del mal juego con unas decisiones también de muy baja calidad-- y éstos le sancionaron con dos técnicas que le costaron la descalificación. Esa circunstancia encendió a la grada, que registró una de las peores entradas del año (5.343) en pleno puente, y permitió al Manresa darle la vuelta al marcador al inicio de la segunda parte (39-43).

Entonces comenzaron los mejores momentos del CAI en el partido. El equipo aragonés funcionó mejor cuando Bellas asumió responsabilidades de tiro y Henry tuvo sus mejores minutos del curso como base-escolta anotador. En cuanto el CAI pudo anotar tres triples tomó distancia ante un rival muy apagado en ataque, con menos recursos aún por fuera que el CAI. La fragilidad del Manresa quedó demostrada cuando un parcial de 9-0 dio la primera ventaja importante al equipo aragonés y rompió definitivamente el partido.

El CAI terminó el encuentro en zona, y ni aún así el Manresa mejoró sus porcentajes exteriores, y con la fórmula de dos bases en la pista que tan buenos réditos le dio ayer. Jelovac siguió anotando, como es habitual, y Kravtsov, una vez hubo arrancado, sacó ventaja de su enorme superioridad en centímetros para poner cinco tapones. El CAI fue de menos a más y, al menos, dejó un buen sabor de boca a sus aficionados. Hizo los deberes y superó con claridad al Manresa (106 a 45 fue la valoración final) para acercarse casi definitivamente a la permanencia y al final de la temporada.