Aragón registra alrededor de 1.400 pacientes ostomizados, cuyo Día Mundial se celebró ayer. Se trata de personas que cuentan en su abdomen con un estoma, un orificio que se hace mediante cirugía y por el que sale el desecho del organismo (gases, heces y orina), que son recogidos en una bolsa o dispositivo.

Solo en el hospital Clínico de Zaragoza se atienden al año unos 150 casos nuevos. El centro instaló ayer un expositor informativo con el lema Sonríe por la ostomía.

Ser portador de un estoma implica una serie de cambios en la vida de las personas y «supone un impacto emocional importante», según precisaron desde el hospital. «Con la pérdida de esfínteres se pierde el control sobre el propio cuerpo, se requiere aprender un procedimiento, hay dudas y mil preguntas acerca de las actividades cotidianas y si se podrá o no retomarlas. Se trata de un tema que todavía es tabú en muchos casos», señalaron.

Eso sí, tras un tiempo prudente de adaptación, «las personas pueden llevar una vida normal», añadieron.

Desde la Unidad de Estomaterapia del Clínico, junto con el grupo de trabajo de ostomías de eliminación, además del seguimiento individualizado del paciente, se realizan desde el 2014 unos talleres formativos dirigidos a pacientes y familiares.

En estos encuentros se tratan temas como la realización de la higiene del estoma, la adaptación a la nueva situación, cómo retomar las rutinas anteriores, alimentación o la relación de pareja. Los talleres son gratuitos --son el primer martes de cada mes-- y se desarrollan en un aula del Clínico, donde todos los participantes aportan su experiencia.

En España, más de 70.000 personas conviven con una ostomía. Cada año se producen alrededor de 13.000 nuevos casos. H