Es un compuesto presente de manera natural en el organismo, un vasodilatador, que puede ser liberado en reacciones alérgicas. Asimismo, puede generarse por la acción de los microorganismos en alimentos, sobre todo en el pescado, al transformar las proteínas. Su aparición está relacionada con una mala higiene en la manipulación y por una mala conservación del pescado.

Los afectados por esta intoxicación alimentaria han cursado episodios leves caracterizados por picor de garganta, rubor y sudor facial, náuseas y vómitos, cefaleas y eritema cutáneo. De momento, e ninguno de los casos detectados ha sido necesario el ingreso. Su efecto es inmediato, por lol que el afectado se encuentra mal nada más consumir el producto.

Salud Pública asegura que no y recomienda preguntar al pescatero por el origen del producto. Eso sí, se impone no romper la cadena de frío y evitar poner el pescado a temperatura ambiente. El atún llega a las pescaderías envasado pero se muestra en piezas, de ahí que se hable de atún fresco, aunque la realidad es que el producto se congela previamente.

En Aragón, de momento, tan solo se han detectado intoxicaciones de dos lotes procedentes de Cádiz. También llegó a pescaderías zaragozanas producto que ha provocado casos en Andalucía, Madrid y Murcia, aunque, por ahora, Salud Pública no ha detectado casos relacionados con este envío. Y, si los hubiere habido, habrían sido leves y no notificados al médico.