Una exposición desvela en unas 120 piezas, desde documentos y fotografías a esculturas y cuadros, los secretos de los cien años de historia del Mercantil, uno de los edificios más singulares de Zaragoza, en el que almorzó Albert Einstein en 1923 e impartieron conferencias Azorín y Ramón Gómez de la Serna.

La muestra, que se podrá visitar desde mañana en el Mercantil, actual sede corporativa de Bantierra, hasta el 28 de noviembre, repasa las diversas restauraciones efectuadas durante los cien años de vida de este edificio, uno de los mejor conservados del Modernismo en Aragón, inaugurado el 10 de octubre de 1914.

También sirve para conmemorar el décimo aniversario de la finalización de su última restauración, en 2004, a cargo del arquitecto José María Valero y que tenía como objetivo adaptar la construcción, que había comprado Cajalón en 1994, a su nuevo uso de central bancaria, ha explicado Jana Catalán, directora de la Fundación Caja Rural de Aragón.

Se trata de una muestra que, con el título "Mercantil. Biografía de la historia de un edificio", tiene un carácter fundamentalmente documental, al incluir revistas, planos o fotografías sobre la vida que albergó y en la que se podrá apreciar la evolución del edificio, ha agregado.

La exposición, organizada por Bantierra a través de la Fundación Caja Rural de Aragón, ha sido comisariada por el historiador Carlos Buil y el arquitecto Ricardo Marco, quien ha informado de que en la misma se pretende mostrar el uso de la construcción como Centro Mercantil, Industrial y Agrícola, así como cada una de las cinco fases evolutivas de la construcción.

La fachada de gran monumentalidad del Mercantil, obra tardía del modernismo zaragozano, da la bienvenida a la muestra, en la que un audiovisual bajo el nombre "Un jardín vertical petrificado" analiza su "sinfonía de 17 especies botánicas", como margaritas, espinos albar o robles.

En la sala sobre evolución histórico arquitectónica se pueden observar las cinco fases de su construcción, la primera de ellas desde el siglo XVI hasta 1910, es decir, entre el Palacio renacentista de los Azara y la compra por el Centro Mercantil, Industria y Agrícola de Zaragoza.

A partir de esa fecha y hasta 1928, en la etapa modernista, el arquitecto zaragozano Francisco Albiñana actúo sobre el edificio, y de 1928 a 1935, en la etapa art decó, se desarrollaron nuevas actuaciones.

La fase cuarta, entre 1935 y 2002, los comisarios la han definido como "un lento languidecer", puesto que se hicieron reformas sin criterio artístico, y la última, de 2002 a la actualidad, es la de recuperación integral.

En la exposición, en la que numerosas fotografías revelan el pasado y el presente del edificio, se repasa la función, objetivos y actividades que desarrollaba el Mercantil, desde lo que representaba en la sociedad liberal burguesa de principios del siglo XX hasta sus fondos bibliográficos, colección de arte o muestras culturales que acogió.

Entre las piezas que se exhiben se encuentra un libro de tauromaquia de 1976, el cuadro "Pan bendito", revistas, folletos relacionados con eventos de la época o planos originales, cedidas por instituciones como la Diputación y el Ayuntamiento de Zaragoza o coleccionistas privados.