Miles de pollos, entre 20.000 y 25.000 según los primeros cálculos, perecieron como consecuencia de un incendio declarado a primera hora de la mañana de ayer en una granja de Fuendetodos, en la provincia de Zaragoza.

El fuego se produjo, al parecer, al prenderse la paja que cubría el suelo de la nave, donde se criaban entre 40.000 y 50.000 pollos, de los que se cree que solo se salvaron la mitad, según informaron fuentes de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ).

El fuego también destruyó los comederos, bebederos y otras instalaciones, pero la estructura de la nave no se vio afectada, según pudieron comprobar los especialistas del equipo antiincendios tras realizar una inspección de la granja.

VARIAS DOTACIONES // Los bomberos de la corporación provincial, que recibieron el aviso en torno a las 7.30 horas de la mañana, acudieron con dotaciones de los parques de Cariñena y La Almunia y consiguieron sofocar las llamas antes de que afectaran a toda la granja.

En este sentido, la rapidez de la intervención fue crucial para atajar el fuego antes de que este fuera incontrolable.

Para la extinción fue preciso movilizar un brazo articulado, un camión nodriza, dos camiones de primera intervención y un vehículo de mando.

Los primeros en acudir fueron los efectivos del parque más cercano, que, además de combatir las llamas directamente, enfriaron el exterior de la nave con el fin de que el fuego se propagara gracias a la sequedad de la vegetación.

Su trabajo resultó positivo, pues el único daño apreciable en el exterior fue la fachada ennegrecida en torno a las ventanas. En cambio, en el interior de la nave avícola, la voracidad del fuego calcinó todo el mobiliario, por lo que los daños fueron cuantiosos.

EXPEDIENTE INFORMATIVO // Ahora, se abrirá un expediente para tratar de averiguar el origen del fuego que asoló el suelo de la instalación, que se hallaba cubierto de paja, un elemento altamente inflamable que provocó una rápida combustión.

Los incendios en las naves agrícolas causan cuantiosos daños económicos. A la muerte de miles de ejemplares hay que añadir la destrucción del mobiliario y la maquinaria. Por eso los expertos aconsejan, entre otras medidas, disponer de salidas de emergencia para las aves y revisar periódicamente el estado de funcionamiento de los distintos elementos, como la maquinaria y la instalación eléctrica.