La Audiencia de Huesca impuso ayer una condena de 31 años y tres meses a Pedro Miguel Álvarez Escanciano como autor de la agresión sexual sufrida por sus dos hijas menores y de los malos tratos que infligió a su mujer. El autor de los hechos, de 56 años y vecino de una localidad del Somontano, intentó comprar el silencio de sus hijas dándoles ciertas cantidades de dinero. Además, se le acusó de haber suministrado anticoagulantes a la que hoy es su exmujer tras haber sido operada. Por este motivo, la acusación lo consideraba responsable de un delito de homicidio en grado de tentativa.

En la vista oral, los testigos manifestaron que los hechos objeto de juicio se remontaban a tres años antes. Al parecer, el padre aprovechaba las ausencias laborales de la progenitora para tocar a las pequeñas, a las que llegó a amenazar con matarlas si revelaban algo de lo que estaba pasando.