Corría el año 1976 cuando Juan Antonio Corchón, maestro cervecero de La Zaragozana, inventó una nueva bebida, la cerveza sin alcohol. El 29 de mayo de ese mismo año, 4.000 cajas salían de la fábrica para dirigirse hacia los bares de la capital aragonesa, recayendo algunas de ellas en el bar La Bozada, primer establecimiento de España en servir una Ambar Sin, el nombre que recibió este nuevo tipo de cerveza.

Ayer se homenajeó en Zaragoza a la primera cerveza sin alcohol en España, a su inventor, Juan Antonio Corchón, y al bar donde se sirvió por primera vez, La Bozada, en la calle Álava de Zaragoza y regentado por los hermanos Barbed.

Corchón, químico formado en las universidades de Zaragoza y de Toulouse, fue maestro cervecero de La Zaragozana desde el año 1965 hasta su jubilación en el año 2002. Antonio Fumanal, su sustituto, la agradeció su labor y su esfuerzo tras entregarle una placa de reconocimiento. Además, el inventor dijo que la idea surgió tras escuchar a los consumidores, que pedían "un refresco para adultos", y a los médicos zaragozanos. El creciente turismo que procedía de Europa también tuvo mucho que ver en el surgimiento de esta bebida. La llegada de otras costumbres y de nuevas formas de consumo a España hizo que hubiera un afán de superación, que facilitaba la apertura del país hacia la modernidad.

Componentes ventajosos

El secreto para elaborar esta bebida consiste en el control de la fermentación para evitar la aparición del alcohol en el mosto de la cerveza.Corchón también comentó que la cerveza contiene unos componentes beneficiosa para el organismo humano. "Algún día puede que se venda en las farmacias", bromeó. Es digestiva, favorece a la circulación de la sangre, es diurética, sedante y contiene ácido fólico.

Tras más de tres décadas de vida, esta bebida sigue más activa que nunca. Según Vicente Barbed, uno de los dueños de La Bozada: "Ahora todo el mundo toma este tipo de cerveza, aunque al principio eran un poco reacios porque creían que era para enfermos". Los comienzos no fueron fáciles. Como recuerda Corchón, "no se podía arriesgar a tener un rechazo por pequeño que fuera, y por eso había que probar e investigar mucho".

Agradecimiento

Los hermanos Barbed, Vicente y Jesús, están más que agradecidos a La Zaragozana. "Confiábamos mucho en ellos, nos ofrecieron el producto y fuimos adelante con la iniciativa", comenta Vicente. Sin embargo, las mejores palabras fueron a sus vecinos:"Aunque ahora ha crecido bastante, por aquella época el barrio estaba lejos y había poca gente", comenta. Así que los primeros en probar la nueva cerveza fueron los vecinos del barrio, que ahora ya la aceptan.

Recibieron una placa conmemorativa de manos de Jesús García, inspector comercial de la época, por la confianza en La Zaragozana, ya que el bar ha atendido siempre a una clientela fija por su situación en un barrio rural, y por la apuesta de arriesgar a ofrecer este producto en aquella época en la que la gente era más conservadora.

Otros bares de Zaragoza empezaron a vender esta cerveza. El Escribano en Miralbueno, Bar Venecia en Torrero o Casa Agustín en Delicias siguieron la estela del comercio de los hermanos Barbed.

El éxito se extendió fuera de Aragón. Enrique Torguet, director de Márketing y Comunicación de La Zaragozana apuntó que fue lo que les hizo ser líderes "en comunidades como Cataluña o Andalucía".