El 1 de abril de 1939 se anunció el fin de la guerra civil. Para muchos la esperanza de un tiempo nuevo y mejor, y para otros, la entrada a un periodo de hambre, represión, dictadura y mucho silencio. Franco había llegado al poder y había logrado controlar cada rincón de España.

La exposición 40 años con Franco, inaugurada ayer en el palacio de Montemuzo y la Casa de los Morlanes, repasa cómo vivieron los dos bandos, ganadores y vencidos, el periodo dictatorial tras tres años de guerra civil y con un país dividido y destrozado.

"No es una mirada traumática del pasado para hacer daño, es una visión a través de diferentes prismas para que cada uno pueda juzgar", explica el comisario y catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza Julián Casanova.

A través de imágenes, audiovisuales y recreaciones, la exposición está dirigida principalmente a aquellos que desconocen lo que ocurrió entre 1939 y 1975. "Es un proceso educativo para las nuevas generaciones. Con más cultura mejor defenderemos esta sociedad frágil" donde se están repitiendo hechos como la migración a otros países en busca de trabajo.

Para el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, la exposición permite entender qué pasó durante la transición: "Solo así se puede entender la transición y especular sobre futuros cambios que no se pueden hacer desde la ignorancia".

Dividida en dos espacios, la Casa de los Morlanes y el palacio de Montemuzo y disponible hasta el 28 de junio, recrea cómo eran las típicas escuelas dirigidas por la Iglesia que, cuando Franco les estregó el Ministerio de Educación --tan valioso para crear ideales y conciencia recatolizando España-- expulsó a miles de maestros. El Opus Dei se instauró en el país el 25 de febrero de 1957.

También se pueden descubrir panfletos hechos en la clandestinidad más absoluta para tratar de despertar las mentes dormidas y mostrar esperanza a los vencidos. O un garrote vil que recuerda cómo fue ejecutado Salvador Puig Antich, como tantos.

La exposición es el reflejo de una sociedad que pasó hambre por culpa del periodo autárquico que Franco decidió imponer y que obligó a emigrar a tantos que no podían soportar una España con una economía hundida, un déficit considerable en la balanza de pagos y una inflación galopante. Si la sociedad no tenía libertad, menos los medios de comunicación. Una sala de cine recuerda la censura a la que estaban sometidas todas las películas o recupera sonidos de los famosos Partes.

Casanova invitó a que las aulas de los colegios recorran la exposición. "Las generaciones jóvenes tienen que crecer en la libertad del recuerdo sin que nadie les domine".