No deja de ser curioso que, como señaló el fiscal, gran parte de las sesiones de juicio se dedicasen a debatir sobre el precio del terreno, que prácticamente ni se mencionó en el objeto del veredicto final. Y tampoco tuvieron relevancia las escasas preguntas sobre el carácter público de los fondos de Plaza, que harían posible el delito de malversación, porque este no se dio por probado. Analizar esto seguirá en manos del Tribunal Supremo, en su decisión sobre el recurso del caso pagarés de Plaza, y no de un jurado sin noción jurídica, como era el caso.