La reproducción asistida es la fórmula por la que vienen al mundo el 7,6% de los niños que nacen en Aragón -la media nacional es del 8,3%- y el 17% de las parejas de la comunidad conseguirán ser padres a través de esta vía. Así lo expuso ayer el jefe de la Unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud, Antonio Urries, durante un acto en el que expuso la actual situación de estas técnicas. El doctor, que hizo un llamamiento a la conveniencia de ajustar la edad de la paternidad «antes de los 35 años», expuso, en este sentido, que la edad de las mujeres que quieren ser madres es el principal problema que afecta a la fertilidad.

De hecho, el número de mujeres que quieren ser madre a partir de los 40 años se ha duplicado respecto al año 2000. En la actualidad, un 33% de las parejas tienen su primer hijo por encima de los 35 años, lo que es «un problema», ya que «a la menor cantidad de óvulos se suma la disminución de su calidad», expuso el especialista, que detalló que «ello puede conllevar alteraciones genéticas que impiden que esos óvulos puedan generar un embrión o mucho riesgo de aborto».

En este sentido, Urries añadió que las parejas que acuden a sus consultas son cada vez más mayores. «Tenían menos de 35 años en 1990, y hasta el año 2000, si bien desde entonces casi un 70% de las parejas que recurren a estas técnicas tienen más de 35 años», expuso. Asimismo, el 20% de las mujeres que acuden a técnicas de reproducción asistida tienen más de 40 años, edad en la que la tasa de fertilidad se reduce a un 3% frente al 8% de los 35 años.

Para hacer frente a estos problemas existen los tratamientos de reproducción asistida, entre los que se encuentra la inseminación artificial -para mujeres menores de 38 años y un 30% de porcentaje de éxito con un coste de unos 600 euros- o la fecundación in vitro, -50-60% de tasa de éxito en el caso de óvulos propios y hasta el 70% con donados-. Cuesta entre 4.000 y 5.000 euros.