Llegó de Londres hace más de 60 años y ahora volverá a tener un uso, aunque no sea circulando por las calles de Zaragoza. El antiguo trolebús de la línea 74 estaba abandonado en un terrero de la carretera de Barcelona, entre Movera y la Puebla de Alfindén, hasta que tres empresarios de la capital aragonesa lo han adquirido para convertirlo en un food truck, aunque todavía no está claro si se quedará en la ciudad.

Este autobús de dos plantas recorrió las calles de Zaragoza desde los años 50 hasta los 70, cuando fue sustituido por los tranvías y autobuses. Coincidieron durante pocos meses, pero algunos recordarán que el trolebús recorría el asfalto --sin raíles-- gracias a un motor eléctrico y una catenaria. Concretamente este trole realizaba la línea 74, que llegaba hasta Ciudad Jardín.

La empresa gestora de los autobuses por aquella época, Escoriaza, encargó 100 unidades de este modelo de dos plantas a la compañía British Union Transport (BUT), fabricante inglés, con la famosa carrocería roja. El encargo se repartió entre San Sebastián, La Coruña, Santander y Zaragoza, donde se convirtió en verde y gris, color con el que circularon durante un cuarto de siglo.

Y desde que fue retirado, hace unos 40 años, descansó en un solar abandonado y en pendiente de la Puebla de Alfindén, donde fue calzado.

Álvaro Ariza, empresario y restaurador de coches clásicos, preguntó por él durante 25 años hasta que dio con los propietarios, la familia Navas. Ahora, junto a Javier Gil y José Polo, lo rehabilitarán y reformarán para convertirlo en restaurante vintage. Ya ha comenzado la restauración en el polígono de Cogullada y, a pesar de haber estado a la intemperie durante años, los socios destacan su buen estado de conservación. De los suelos y los asientos de abajo, y todavía mejor de los remates de los asideros y los portalámparas. "Es un proyecto muy ilusionante", recalca Ariza. Invertirán unos 50.000 euros en él.

El trolebús es un pedazo de historia de la ciudad y uno de los motivos por los que han dado este paso es su valor como patrimonio histórico. "Los jóvenes no recuerdan que circulaban por las calles y es una manera de que puedan conocer cómo era la movilidad hace 50 años", explica Ariza. Tantos recuerdos guarda que cuando comenzaron a limpiarlo se encontraron con sorpresas. Entre los asientos de madera aparecieron tiquets de viaje --solo dos pesetas costaba--, o una entrada de los cines Goya de 1968.

Restaurante

El trolebús será un food truck, de moda ahora, pero al no poder circular tendrá que encontrar algún emplazamiento donde instalarse. A cambio, y a diferencia del resto de furgonetas gastronómicas, el trole se podrá disfrutar desde dentro. "La cocina estará fuera y se pasará la comida por la ventana a una barra en la que se pondrán tapas para autoservicio", explica Ariza. Así será la planta de abajo. En la de arriba se creará un salón para 12 o 14 comensales, "más exclusivo".

Pero aún no tiene ubicación. Desean "que se quede aquí" y, aunque dicen tener "una oferta de Murcia", ya han contactado con algún centro comercial y lo harán con el consistorio de la capital aragonesa. Porque quieren que este trole siga siendo el 74 de Zaragoza.