Han pasado 75 años desde que en 1938 la Hermandad de San Joaquín y la Virgen de los Dolores procesionara por primera vez, con 53 hermanos, por las calles de Zaragoza. Ahora ha celebrado, ya con más de 850, el aniversario de esta primera salida con diversos actos, que culminaron ayer con una emotiva peregrinación a la basílica del Pilar. Allí realizaron una ofrenda floral, impusieron la insignia de oro a la virgen y le ofrecieron la nueva partitura Salve a la Virgen del Pilar. Un recorrido en el que los recuerdos y la emoción de los alrededor de 150 hermanos que procesionaron se mezclaron acompañados por la Banda Municipal de Música de Magallón.

El decano de la hermandad, José María Murillo Viñas, calificó estos actos como una celebración "muy importante" para una hermandad que camina hacia "el quinto centenario de su nacimiento".

Recorrido

Las campanas de la iglesia de Santa Isabel de Portugal tocaron a gloria al inicio de la peregrinación, con el paso de la Virgen de los Dolores, que recorrió la plaza del Justicia, Manifestación, Alfonso I y la plaza del Pilar, antes de entrar en el templo por la puerta alta al son de la marcha de la Semana Santa en Zaragoza.

En el altar mayor se celebró una misa de acción de gracias y una ofrenda floral en la Santa Capilla que culminó con la interpretación del Salve a la Virgen del Pilar. Posteriormente, impusieron, en el manto que la hermandad donó en el año 1994, la insignia de oro a la Virgen y realizaron la ofrenda de la partitura, una sintonía compuesta por Abel Moreno Gómez. Como señaló Murillo, este fue un acto "histórico" porque desde "finales del siglo XIX no había una partitura nueva".

La insignia, explicaron, está realizada en "oro amarillo, con aro exterior en oro blanco e incrustación de siete brillantes negros simbolizando los siete dolores de la virgen". En el pasador, también en oro blanco, figura la inscripción Hermandad de San Joaquín y la Virgen de los Dolores--2011.

A la salida de la basílica, los hermanos recorrieron la calle Don Jaime, Estébanes, Ossau, Méndez Núñez, Alfonso I y Manifestación, hasta llegar a la plaza del Justicia, donde rindieron homenaje a los fallecidos que les acompañaron en la peregrinación con unas cruces simbólicas. Los acordes de La muerte no es el final sonaron e hicieron "más emocionante" este sentido homenaje a los que ya no están. El recorrido finalizó con la vuelta a San Cayetano donde recogieron el paso de la virgen al sonar de la Marcha Real.

Antes de este acto, la hermandad organizó una exposición, realizó un libro conmemorativo y desarrollo un deuvedé. Murillo apuntó que ya piensan en el 75 aniversario del encuentro, en el 2015, y en el quinto centenario de la hermandad, en el 2022.