Aunque muchos excursionistas que suben al Pirineo huyen de ellos, los abejorros son útiles y necesarios para el ecosistema y para la economía. Asusta su zumbido y revoloteo pero no son agresivos, solo pican para defenderse cuando se sienten amenazados. Sin embargo, la actividad humana y el cambio climático son las principales causas de que solo sobrevivan 28 de las 37 especies catalogadas, según informa EFE.

El Pirineo es un hábitat natural del abejorro siendo la zona ibérica más rica en estos insectos. Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, de la Universidad de Salamanca y de la de Murcia, han realizado un estudio en el que han detectado en los Pirineos el declive de nueve especies y de dos subespecies del género Bombus «con las consiguientes consecuencias ecológicas y económicas». Y es que su papel en los ecosistemas silvestres y agrícolas es «esencial», según apuntó Concepción Ornosa, investigadora del departamento de Zoología y Antropología Física de la UCM, pues «las especies del género Bombus son las mejores polinizadoras agrícolas y no tienen rival en los cultivos de invernadero».

Por tanto, «el problema de su reducción es tanto ecológico como económico» y urge tomar medidas, como la conservación y restauración de las plantas que les sirven de alimento y refugio o la protección estricta de espacios concretos libres de impactos humanos.

De la investigación se concluye que la pérdida de pastos o matorrales reduce sus recursos alimenticios y lugares donde construir sus nidos, así como la introducción de biocidas en la agricultura.