PERFIL ABOGADO Y VICEPRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN NUEVA CULTURA DEL AGUA, SE ESPECIALIZA EN ASUNTOS RELACIONADOS CON LA POLÍTICA HIDRÁULICA.

--¿Era necesario que Aragón alegara la planificación hidrológica que está elaborando la Generalitat de Cataluña?

--Aragón ha hecho unas alegaciones al programa de medidas e informe de sostenibilidad y está legitimada para ello. Ahora bien, el programa de medidas que está redactando Cataluña contempla una propuesta de caudales ambientales que tienen su raíz en estudios de la Agencia Catalana del Agua en común acuerdo con datos del Estado. La primera cuestión que hay que tener en cuenta es que el proyecto es eso, un proyecto perfectamente alegable, pero no es un acto resuelto y no cabe la nulidad o la suspensión, como reclama Aragón. Se trata de un borrador que no tiene por qué suspenderse. Si hay algo que cambiar, puede cambiarse.

--¿Hay por tanto, exceso de celo en la reacción aragonesa?

--Estamos hablando de elementos formales. En las alegaciones presentadas por Aragón no se discute si el caudal que propone Cataluña es correcto o no, sino que se ha incluido en el programa de medidas y Aragón cuestiona que se incluya. Al igual que la Agencia Catalana del Agua ha hecho un esfuerzo en plantear datos concretos, sería interesante que Aragón también aportara al debate sus propios datos.

--¿Es, por tanto, una polémica más política que científica?

--Se trata de un debate político, de una discusión técnica, si debe estar incluido o no. No hay una posición del Gobierno de Aragón sobre qué caudal debe tener el tramo aragonés del Ebro o la parte final. Aragón discute que la haya incluido en el programa. Es importante tenerlo en cuenta. No es una discusión al mismo nivel. El debate de fondo no ha empezado. Quien debe decidir es el Estado. Cataluña solo hace una propuesta. Los debates deben hacerse de forma motivada y justificada en términos científicos. Esto no se discute en ningún caso.

--¿Y a usted, que le parecen las propuestas catalanas sobre el caudal? Son mucho más elevadas que las que marca la propia CHE...

--El caudal vigente se determinó con una percepción de recursos que se tenía en ese momento concreto. Ahora mismo, la directiva marco de aguas y 27 estados europeos instan a tener buenas masas de agua en el 2015. Se han hecho estudios que marcan que ese caudal debe ser superior, por tanto no es ningún disparate lo que indica el ACA. Debemos contemplar unos objetivos que ahora no tenemos. Que sean 8, 10 u 11 al final es una cuestión que está todavía por decidir. No hay que hablar de suposiciones y sí de estudios científicos.

--Parece que últimamente la polémica hidráulica se ha centrado entre Aragón y Cataluña

Hay algo de fondo que visto por una persona de fuera me parece importante tener en cuenta: Aragón y Cataluña han sido compañeros de viaje en la lucha antitrasvase. Esa sociedad no está bien perderla, porque no sabemos qué va a pasar en breve. Ambos territorios comparten un mismo río y deben protegerlo juntos. Máxime cuando hablamos de que la cuestión de fondo que hizo que la Comisión Europea dejara de financiar el trasvase del 2000 fue un éxito común de Aragón y Cataluña. Ese argumento común no puede ser ahora arma arrojadiza. Debe dominar el consenso.

--Lo que parece claro es que Barcelona está en un área extremadamente seca y su área metropolitana crece cada vez más. ¿El trasvase estará siempre acechante?

--Todas las normativas y los planes elaborados satisfacen esa demanda por la vía de la desalación, y el crecimiento del área metropolitana de Barcelona está perfectamente contemplado. No se contempla ningún trasvase en el plan, claro, porque hablar del trasvase es como despertar un monstruo y un conflicto. Es aplicar un término que comporta un contenido emocional mucho mayor de lo que estamos acostumbrados.

--¿Qué le parecen los trasvases proyectados desde el Ebro hacia Barcelona y hacia las cuencas internas?

--Los trasvases que siempre han constituido problemas estructurales y generan conflictividad no son comparables a estos que usted comenta, mucho menores y que se deben a circunstancias concretas.

--¿Aragón debería elaborar sus propias propuestas?

--Aragón sí puede y está legitimada para hacer todos los estudios que crea convenientes y los proponga. Sería muy interesante. Si no, todo se queda en una mera opinión.

--¿Corremos el riesgo de perder legitimidad en la comunidad aragonesa al abanderar grandes proyectos para la comunidad como Gran Scala, grandes pistas de esquí o megainfraestructuras que hace solo diez años criticábamos porque las hacía Levante?

--Efectivamente, existe el riesgo de caer en su propia crítica. Aragón está a tiempo de cambiar esa visión de la obra pública por una visión de su desarrollo más moderna, más sostenible y en la que el elemento central sea mantener los escosistemas en su propio estado, todavía más en un lugar con recursos tan ricos.

--Existe una reivindicación permanente en Aragón reclamando grandes infraestructuras hidráulicas. ¿Qué le parece?

--Es una reivindicación que debe ser completamente revisada. En la actualidad somos europeos y eso hace que decidamos con otros 26 estados. Y hemos decidido que es prioritario preservar esos ecosistemas y hacerlos compatibles con el desarrollo económico.