Rosquillas y dulces, miel, castañas asadas, flores, artículos decorativos, alimentos, calendarios y cintas de San Juan Pablo II --es el primer municipio aragonés que venera una reliquia suya-- artículos de papelería, complementos, chocolate y vino caliente... Más de una veintena de asociaciones y particulares --algunos llegados de municipios vecinos-- confluyeron ayer tarde en el II Mercadillo Navideño organizado en los jardines de la parte posterior de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción.

Un espacio que se llenó de luz y música navideña y de algarabía infantil con la representación, por parte de los niños y niñas que tomaron la comunión este año o la preparan para el próximo, de un belén viviente en el que no faltó ningún detalle: un portal construido con palets, gallinas, conejos, lechones, corderos y hasta un pavo real que protagonizó la anécdota de la tarde al fugarse del recinto.

Paralelamente, en los salones parroquiales --recientemente remodelados por el ayuntamiento-- se exhibió una muestra de trajes, libros, reproducciones pictóricas y utensilios de la época medieval, aportada por una asociación fragatina.

Además, el coro parroquial ofreció un concierto de villancicos y canciones de Navidad al que asistieron cerca de doscientas personas. «Hemos hecho corto con las 120 sillas porque había mucha gente de pie», aseguraron desde el municipio.

El mercadillo navideño cerró su segunda edición pasadas las nueve de la noche con la intención de darle continuidad el próximo año dada la acogida que ha tenido en el municipio.

Cada vez más pueblos de Aragón utilizan esta fórmula en las fechas previas a las navidades no solo para animar el ambiente sino también para «hacer convivencia».

Es el caso también del mercadillo de Fonz (Huesca) que cada 6 de diciembre desde hace cuatro años organiza uno en la plaza Mayor. Se ha convertido ya en tradicional para artesanos que elaboran productos agroalimentarios, de decoración navideña, regalos, bisutería, libros de temática local o de segunda mano, flores y plantas. Este año el éxito de público asistente hizo que algunos de los expositores llegaron a agotar las existencias.