Apenas superan los 18 años pero desgraciadamente ya conocen a la perfección qué es eso de las bombas, los toques de queda o los controles militares. Sus vivencias les han convertido en grandes predicadores de la paz, de la sencillez y del entendimiento, experiencias que ahora tienen la oportunidad de explicar en Aragón. Los protagonistas: cinco jóvenes palestinos.

Siempre listos . Este es el slogan de los scouts palestinos, y el lema que estos cinco muchachos transmiten a sus familias de acogida: listos para aprender la cultura española. "Los jóvenes palestinos tenemos una muy mala situación en nuestro país. Es una oportunidad excelente para conocer a la gente de España", asegura el monitor del grupo, Ayimán Yaqoub. Naturales de la localidad palestina de Aboud, en la zona de Cisjordania, participan desde el pasado 15 de julio en un campamento organizado por los scouts de Villamayor. Y son familias de este municipio zaragozano quienes les acogen: "Es una experiencia enriquecedora", añade Maria Jesús Ginés, madre de acogida.

Si enriquecedor es para las familias todavía más para los cinco jóvenes, cuyas dulces miradas esconden un sinfín de dramáticas situaciones personales provocadas por la guerra. "Mi padre se fue a trabajar y ya nunca ha vuelto", asiente entre lágrimas Samar, quien gracias a su esfuerzo y al de su familia ha logrado una plaza en la universidad de Aboud para estudiar ingeniería. La joven, que espera conseguir algún día una beca para estudiar turismo en España, se ha quedado prendada de "la naturaleza de Aragón, la gente y la vida sencilla". Y añade: "Aquí puedes salir a la calle a cualquier hora del día. Allí no".

Este proyecto de intercambio, respaldado por Cáritas Zaragoza y Cáritas Jerusalén, también está dejando un buen sabor de boca en Adham, cuyo padre también falleció hace poco más de un mes. Si algo le diferencia de su amiga Samar es que adora platos tan tipical spanish como "el jamón, la tortilla y los cakes", comenta entre risas y en un quasi perfecto español.

Pese a que todavía les quedan ochos días para regresar a Palestina, la maleta de todos ellos ya está llena de buenos recuerdos. "Ojalá regrese a este país", exclama con cierta añoranza Samar. Se llevan recuerdos pero también una camiseta, regalo de Cáritas, donde puede leerse Abriendo caminos . Y es que para la esperanza nunca existen fronteras.