Mercedes M. O. Z. ha sido absuelta de los delitos de hurto y estafa por los que la familia del anciano para el que limpiaba le pedía tres años de prisión, además de los casi de 21.000 euros que consideraban que le había sisado. La Fiscalía no acusaba, y los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza están de acuerdo en que no hay pruebas de que el hombre, ya fallecido, no estuviese al tanto de lo que ocurría con su dinero.

La mujer trabajó en la casa del hombre desde el 2010 hasta abril del 2013, cuando murió. Tras el deceso, la hija del hombre descubrió que este había estado comprando joyas por valor de casi 9.500 euros, y había realizado transferencias a personas del entorno de la limpiadora en Ecuador, por otros casi 11.500 euros. La mujer reconoció que había recibido algunas joyas como regalos del finado.

Los jueces entienden que la única prueba del caso es la denuncia de los familiares del hombre. Una vecina, exempleadora de la mujer, dijo que le había desaparecido una joya cuando trabajaba en su casa, pero no lo denunció y además la recomendó. Tampoco consta que el hombre tuviera anulada su capacidad de administrar sus bienes. Por ello, no hay ninguna prueba de peso que contradiga la versión de la mujer de que se trataba de regalos, y los magistrados la absuelven de todos los delitos.