A puerta cerrada para proteger la identidad de la víctima. Así fue juzgado ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza el hombre que, en abril del 2015, fue arrestado por empujar por la ventana a su entonces pareja sentimental. Ella, que pidió una pulsera telemática y una orden de alejamiento ante la libertad provisional del procesado, se armó ayer de valor y mantuvo que ambos discutieron y que en el transcurso de la misma, Sergio Ángel P. G., de 46 años, intentó matarla al lanzarle al vacío.

Una versión que el procesado, según fuentes jurídicas consultadas por este diario, rechazó frontalmente. De hecho, según estas, aseguró que fue ella la que se cayó, si bien no aclaró si fue de forma voluntaria o por accidente.

Unas explicaciones que no convencieron a la Fiscalía y mucho menos al abogado de la víctima, Javier Ferreira, quienes decidieron añadir a la acusación por un delito de tentativa de homicidio, otro de maltrato, por lo que la petición inicial de 9 años de cárcel fue elevada a 10 años.

La agresión se produjo en la madrugada del 20 de abril del 2015 en un piso del número 1 de la calle Híjar, en el zaragozano barrio de La Almozara. Llevaban cinco meses viviendo juntos.

Ella se había ido con unos amigos a tomar algo y llegó a la vivienda sobre las 2.00 horas. Según los hechos de las acusaciones, la mujer pidió a uno de sus acompañantes que la acompañara porque tenía miedo de que el procesado se enfadara por llegar tarde. Nada más entrar por la puerta, según la víctima, Sergio Ángel P. G. le recriminó la tardanza e iniciaron una discusión. «Hija de puta, de dónde vienes», le gritó el encausado, según la acusación, mientras le daba puñetazos y patadas. El amigo de la mujer trató de apaciguarle, pero le fue imposible.

Mientras, la víctima salió corriendo, subiendo las escaleras de la vivienda. A su pesar, consiguió alcanzarla. Ya en la planta de arriba, mientras pedía socorro, la tiró por la ventana desde un tercer piso. Al acompañante de ella le espetó: «A esta hija de puta ya la he tirado».

Ante el estruendo de la caída y los gritos los vecinos llamaron a la Policía que inmediatamente acudió al lugar para auxiliar a la víctima y detener a Sergio Ángel P. G. Para rescatar a la mujer fue necesaria la intervención de los Bomberos de Zaragoza ante la dificultad de acceder a la zona en la que estaba. La Policía Nacional llegó al lugar de los hechos gracias a una llamada al 091 que alertaba de que algo raro se estaba produciendo en el edificio. Cuando llegaron los agentes al inmueble observaron que sobre el tejado de un patio de luces yacía una mujer que se quejaba de fuertes dolores. Cuando la Policía fue a pedir explicaciones al piso en el que vivía la víctima, el encausado y un amigo suyo abrieron la puerta demostrado tranquilidad y llegando a decir que no habían escuchado nada porque estaba viendo la televisión.

La víctima pidió hasta en dos ocasiones al procesado que le devolviera las pertenencias que dejó en el piso.