La Audiencia Provincial de Zaragoza juzgó ayer a un joven marroquí por, supuestamente, agredir sexualmente a una compatriota suya. Se enfrenta a 9 años de prisión que solicita el fiscal, si bien el encausado, Abdellatif C., aseguró que fueron relaciones consentidas y esgrimió para defenderse que hizo uso del preservativo, circunstancia poco habitual en casos de similares características.

La supuesta violación tuvo lugar el 14 de diciembre del 2015 en la propia casa del encausado. Ambos estuvieron de fiesta en Zaragoza, si bien junto a dos amigos más de Abdellatif C. decidieron trasladarse a la vivienda que este joven tiene en Borja. Por el camino pararon a adquirir cerveza.

EN LA VIVIENDA / Al llegar a la casa, el encausado y el resto de hombres fumaron marihuana y heroína. Es a partir de ese momento cuando difieren las versiones de víctima y enjuiciado. Mientras ella rechaza cualquier tipo de consumo, Abdellatif C. no solo lo admitió, sino que también la acusó de seguirle los pasos. Lo cierto es que el informe toxicológico dio positivo en la denunciante.

En un momento dado, los dos se fueron a la planta de arriba. El encausado aseguró que fue algo voluntario, si bien la joven afirmó que fue amenazada de muerte con un cuchillo para que subiera las escaleras. «Temí por mi vida, tengo dos hijos», apostilló. Ya en el interior de la habitación se consumó el supuesto delito. La víctima consiguió denunciar los hechos a la mañana siguiente cuando fueron a una cafetería de esta localidad zaragozana a desayunar. En un momento en el que Abdellatif C. se ausentó, ella pidió ayuda, inicialmente a una cocinera y luego en el ayuntamiento, a donde acudió corriendo.

Los dos jóvenes que estaban en la vivienda cuando ocurrieron los hechos no se presentaron en la sala de vistas, por lo que los magistrados decidieron no dar por finalizado el juicio, a la espera de escuchar su versión. Quienes sí informaron fueron los forenses. Estos especialistas en Medicina Legal destacaron que la mujer presentaba lesiones en los glúteos y en una mano, si bien no vieron heridas en sus órganos genitales. A pesar de ello, no descartaron que ella pudiera haber «luchado» para evitar las relaciones sexuales.