El Ministerio de Medio Ambiente ha dado luz verde a las obras de la segunda estación del AVE en Zaragoza tras considerar en el estudio de impacto ambiental que no ofrece afecciones a su entorno. El Boletín Oficial del Estado publicaba en su edición de ayer las conclusiones del estudio, en el que se estima "que el proyecto no tendrá repercusiones significativas sobre la biodiversidad". Eso sí, pone como condición que se siga un control de las obras basado en la ubicación de un parque de maquinaria, acopiar los materiales en zonas de fácil restauración, cuidar los vertidos, reutilizar los excedentes de tierra, hacer un inventario faunístico y jalonar y delimitar la obra.

Ni la Confederación Hidrográfica del Ebro, ni el Gobierno de Aragón ni el Ayuntamiento de Zaragoza hallaron en sus informes elementos que desaconsejen la obra, que se sitúa en la zona sur de Zaragoza, entre la Z-40 y la variante de la línea de AVE, sin que afecte a ningún espacio protegido. El proyecto contempla un edificio de casi mil metros cuadrados, un aparcamiento de 5.500, una glorieta y varios enlaces viarios.