Los trabajos en el corredor ferroviario entre Valencia y Teruel que eliminarán ocho de las numerosas limitaciones de velocidad y algunas de las restricciones de peso que han llevado a la pérdida de casi todo el tráfico de mercancías serán los mínimos para evitar el colapso en la circulación de pasajeros.

El responsable de Adif en Aragón, Javier Peiró, se escudó ayer en la descripción técnica de las tareas emprendidas en 54 kilómetros entre Teruel y Barracas (en Castellón) para indicar que solo permitirán mejorar las frecuencias actuales en unos diez minutos. Se invertirán solo cuatro millones de euros en lo que se interpreta como el cumplimiento de los compromisos del Ministerio de Fomento con la transformación del trazado en un corredor de alta capacidad entre Valencia y el Cantrábrico. Hasta 2020 se han comprometido a destinar 330 millones para la mejora integral de las instalaciones.

El responsable de Renfe en la comunidad, Javier Lázaro, tranquilizó por su parte a los viajeros que tendrán que tomar las próximas 10 semanas rutas alternativas para realizar el trayecto entre Valencia y Teruel. Calculan que los retrasos serán de 10 minutos cuando se «ajusten» todos los parámetros. Por el momento, los primeros trenes que requirieron una conexión con autobuses para solventar el tramo en obras acumularon demoras de más de 45 minutos.

«absolutamente insuficientes» /La DGA valoró que finalmente estén en marcha las obras de mejora de la vía, pero calificó de «parche» las actuaciones. El consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, considera que las actuaciones entre Teruel y Barracas son «absolutamente insuficientes» y que no responden al compromiso del Ministerio de Fomento. «La línea es más propia del siglo XIX que del XXI», denunció.

Para la DGA solo haciendo «un esfuerzo de optimismo» se puede considerar «positivo» que se empiece a actuar con un planteamiento de este tipo. Los viajeros que tuvieron que tomar un autobús en la estación de Teruel también manifestaron su descontento con la situación.