José Luis G. B. admitió ayer ante la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza que utilizó falsos productos bancarios, entre otras técnicas, para estafar cerca de 600.000 euros a una treintena de clientes del antiguo Banco Zaragozano, en la céntrica sucursal en la que trabajaba. Entre las víctimas se contaban algunos familiares y amigos suyos.

El bancario se enfrentaba a más de diez años de cárcel, pero su abogada, Patricia Chueca, alcanzó un pacto con la Fiscalía y las acusaciones particulares --algunos clientes y el propio banco-- por el que la pena se quedó en cinco años, por delito de falsedad documental y estafa.

Aclarada la responsabilidad penal, el juicio continuó por la civil, ya que quedan 390.000 euros sin pagar a las víctimas. Estas se lo reclaman al banco como responsable civil subsidiario --el condenado es insolvente--, pero la entidad considera que lo que resta son tratos entre particulares, fuera de su responsabilidad, que ya ha cubierto.