El mundo de la adolescencia ha cambiado sustancialmente en los últimos años debido a la revolución de las comunicaciones y a una serie de factores que diferencian a las últimas generaciones de las anteriores. Parte del nuevo trasfondo, con su fuerte carga de emotividad, agresividad, esperanza, frustración y rebeldía nutre la última novela de Empar Fernández, Maldita verdad (Versátil).

Para presentarla en el ciclo Escritoras españolas, nos desplazamos a Tauste, donde Pilar Fresco y Maribel Rayado vienen realizando un gran trabajo en el campo de las actividades literarias y culturales, trabajando con bibliotecas y clubs de lectura. Tras la introducción del título, y de una serie de planteamientos en torno a la novela negra contemporánea, a la que Empar viene entregando excelentes propuestas, el coloquio volvió a centrarse en el tema nodular de la adolescencia. «Las redes sociales han cambiado profundamente el mundo de los jóvenes --opinó la autora--. Los cambios afectan a todo, incluso al lenguaje escrito. Hay un mundo oscuro que nos vemos, del que nos separa un muro, y hay que estudiarlo y regularlo o se le aplicará la norma que yo llamo de las ventanas rotas. Que cuando no se arreglan invitan a que el edificio continúe deteriorándose».

Maldita verdad analiza el entorno de un adolescente de hoy. Lo hace en clave de novela negra, con la resolución de un caso criminal, y desde una óptica realista. «La realidad no necesita ser verosímil, pero la ficción lo necesita siempre», sentenció Empar.

El enigma será resuelto por un detective low cost, Raúl Forcano, a quien la escritora sitúa en una Barcelona que conoce perfectamente, y en la que transcurren algunas de sus novelas.

No se trata de un investigador arquetípico, avezado, heredero de los cánones del género, sino de una propuesta nueva.

Forcano es, de momento, casi un aficionado, un novato que lidia con su primer asesinato a golpe de valor y sentido común. «La novela negra descansa casi siempre sobre el crimen, pero no me interesan las tramas de psicópatas. Prefiero estudiar los móviles y las circunstancias. La probabilidad de que uno de nosotros se vea envuelto en un hecho criminal es mucho más alta que la de tropezarnos con un psicópata».

Un buen tema de fondo, esta cibernética y enigmática adolescencia, profundo y actual, y una excelente novelista para desarrollarlo en sus coordenadas creativa y reflexiva.