Plaza Servicios Aéreos fue uno de los negocios más ruinosos de la plataforma. El consejero de Obras Públicas, Rafael Fernández de Alarcón, admitió esta semana en las Cortes que no era capaz de precisar cuánto dinero se había perdido. Y aportó otro dato: cada año salen de las arcas públicas 10.000 euros que van a parar al encargado de liquidar la empresa. El abono se repite desde el 2008, cuando cesó su actividad, debido a la deuda contraída con una sociedad alemana, que reclama a la plataforma 600.000 euros. El asunto está en los tribunales, y mientras no se resuelva en un sentido u otro, este pago es de obligado cumplimiento.

La viabilidad de Plaza Servicios Aéreos ha sido una de las preguntas recurrentes de los grupos durante las comparecencias en la comisión de investigación que el miércoles terminó sus trabajos preliminares en el parlamento. Ninguno de los que han pasado por las Cortes tuvo palabras amables para esta aerolínea, que se creó en el 2006, y que unía con vuelos diarios Zaragoza con Santiago de Compostela y Málaga.

La aventura empresarial, impulsada desde la plataforma logística, acabó resultando un fiasco. Los vuelos iban muchas veces vacíos y en algunas ocasiones registró 8 personas. La empresa no dio beneficios ni un solo ejercicio, de ahí que desapareciese, al menos en su actividad en dos años. Fue un empeño personal del entonces consejero delegado de la sociedad, Carlos Escó, con el aval del presidente, el consejero de Obras Públicas de la DGA, Javier Velasco.

Alarcón admitió el miércoles en su intervención en que ese negocio había "fallado" y que la situación seguía sin poder resolverse, pese al coste que suponía para la sociedad pública. También el actual consejero de Economía, Francisco Bono, se mostró muy crítico con esta inversión. Recordó que en el consejo de administración, en el que él representaba a Ibercaja, se presentó un plan de negocio que en apariencia era "viable". "Pero había pérdidas todos los años", dijo. De hecho, manifestó su disconformidad con los gestores, a los que pidió explicaciones y responsabilidades en varias ocasiones. No obtuvo respuesta, ni recibió los cálculos de beneficios que tenían sus responsables.