Que el transporte de mercancías en el aeropuerto de Zaragoza bata año tras año su propio récord es algo habitual, que en solo dos meses, los que se llevan contabilizados este año, haya aumentado en un 21,4% las cifras del último ejercicio, el mejor de su historia, apunta a un nuevo hito en la terminal de Garrapinillos.

Los datos oficiales facilitados ayer por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) reflejan que entre enero y febrero han sido ya 17.935,4 toneladas las transportadas desde el aeropuerto, una cifra que le sitúa a poco más de 3.000 de la terminal de El Prat, en Barcelona, segunda en el ránking nacional de carga y solo superada por el de Madrid, Adolfo Suárez-Barajas, que movió 67.234,1 toneladas en ese mismo periodo. La capital aragonesa, mientras, ya duplica las 8.703,2 que registró su inmediato perseguidor, el de Vitoria, y se aproxima al objetivo de ser segunda al final del año. No en vano, el año pasado superó a la terminal barcelonesa en varios balances mensuales.

Zaragoza cerró el pasado mes de febrero con 8.926,9 toneladas transportadas, lo que supuso un incremento del 14,5% con respecto al mismo mes del año pasado. En enero habían sido 9.008,4, que significó un aumento del 29,1% en comparación con el mismo mes del 2016.

Sus datos van al alza, al contrario que sucede en el apartado de viajeros. Sus cifras sufren un descenso acumulado del 9% en lo que va de año, con un cómputo global que asciende a 49.304 pasajeros con la actual oferta de vuelos. De ellos, 23.080 corresponden al mes pasado, un 14,8% de disminución, y el resto, 26.224, al de un mes de enero donde el descenso fue menos acusado, del 3,1% respecto a un 2016 que se cerró con unas modestas cifras para la terminal aragonesa.

Sigue la tendencia de los últimos años, al auge de la mercancía le acompaña una caída en el número de viajeros que toman un vuelo en Garrapinillos. Aunque podrían remontar las cifras cuando, a finales de este mes, vuelva a la programación el vuelo a París. Aunque nada tiene que ver con el aeropuerto de Huesca, la otra terminal en Aragón, donde no ha habido viajeros en los dos primeros meses del 2017.