"Nos hemos visto desbordados por los partidos emergentes". Los últimos cabezas de lista de Unión Progreso y Democracia (UPD) son conscientes de que el partido está viviendo sus últimos estertores, especialmente después de que Rosa Díez y Andrés Herzog abogaran por "la disolución" después de constatar la pérdida de confianza del electorado en sus propuestas. En Aragón, en los últimos siete meses se han dado de baja un centenar de afiliados, lo que supone un tercio del total, que en sus mejores momentos escasamente superaba las 300 personas.

El coordinador de la formación en Aragón, Manuel López, destaca la necesitad de iniciar un proceso "de muerte digna" que termine con "la situación agónica" en la que se encuentran. De esta forma, siguiendo el planteamiento de la exlíder magenta, indica que han demostrado "que se puede hacer política de otra manera" pero también que la inmensa mayoría de la población "ha preferido apostar por las formas tradicionales o por los cantos de sirena de los partidos emergentes". Por ese motivo considera que aunque UPD "sigue siendo un instrumento necesario" sería "absurdo negarse a reconocer que los votantes que podrían haberse servido de ese instrumento han preferido no utilizarlo".

Más matizada es la opinión del cabeza de lista por Zaragoza en las pasadas elecciones, Jesús López. Pero igual de desencantada. "Por un lado es evidente que si no tenemos la confianza de la ciudadanía tenemos que proceder en consecuencia y cerrar con dignidad", indica. Sin embargo, defiende la existencia de una corriente dentro del partido que aboga por mantener el partido mientras las ideas que defienden "sigan teniendo vigencia". La cuestión quedará zanjada en los próximos meses, cuando la dirección nacional tome la decisión definitiva una vez oficializada la salida de Herzog de una cúpula ahora gestionada por Gorka Maneiro, partidario de mantener la actividad. "Espero que se abra un proceso de debate en el que las bases podamos opinar sobre el futuro", indica.

La mayor sangría de afiliados se vivió en las semanas previas a las elecciones autonómicas y municipales con la expansión de Ciudadanos por todo el país. En Aragón varios candidatos de UPD decidieron ofrecer su apoyo a la formación de Albert Rivera. Es el caso de Carlos Aparicio, que fue candidato al Senado por Ciudadanos. En su opinión, la falta de reacción de sus responsables es la que ha provocado la situación actual. "UPD es el ejemplo más claro de cómo unos dirigentes pueden tener una idea brillante y al mismo tiempo ellos mismos pueden arrastrar el proyecto al fracaso", afirma. Para Aparicio la ventaja de Ciudadanos sobre UPD estriba en haber sido "generosos" a la hora de confeccionar una tercera vía con la que romper el bipartidismo.

El candidato al Ayuntamiento de Zaragoza de UPD, José Luis Lajara, también lamenta haber sido "ninguneados y maltratados" por los poderes fácticos. También que en los últimos meses únicamente reciban atención "por los marujeos". Tampoco tiene mucha confianza en el futuro. "Los ciudadanos nos animan a seguir, pero es evidente que no nos votan", asume.