En la madrugada del 1 de noviembre de 1936, la Guardia Civil sacó de su casa a Bernabé Serrano Ruiz, vecino de Fuentes de Jiloca. A día siguiente, vecinos del pueblo comentaron que, junto a otro joven de la misma localidad, se lo habían llevado hasta Velilla de Jiloca donde se les había dado muerte junto al cementerio del pueblo.

Ayer, más de 150 personas les rindieron un emotivo homenaje en un acto que organizó la Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (ARICO) y en el que estuvo presente la hija de Serrano.

Este colectivo, con la colaboración de la Asociación Charata para la Recuperación de la Memoria Histórica de Uncastillo, logró localizar y recuperar, el año pasado y gracias a una campaña de crowdfunding, los restos óseos de Serrano y de su compañero, cuya identificación no se ha logrado "porque no hay familiares que lo hayan reclamado, aunque se presupone quién es", explicó ayer Miguel Ángel Capapé, portavoz de ARICO.

Durante el acto intervinieron varios familiares y numerosos vecinos de la zona se acercaron al homenaje que se celebró en el pabellón de Velilla. Los restos fueron enterrados y se descubrió una placa en conmemoración de los fallecidos. "Se ha leído la relación de nombres de todas las personas que mataron en la zona", comentó.

Falta de ayudas

ARICO lleva años trabajando en "recuperar la historia" con el objetivo de "encontrar los restos y entregarlos a las familias, que es lo justo", dijo Capapé.

"Tenemos peticiones de varias exhumaciones, pero llevamos 4 años sin ayudas económicas y a veces el proceso supone un gasto que no podemos asumir. En Velilla utilizamos la fórmula del crowdfunding y gracias a Charata hemos hecho tres actuaciones en los últimos meses", señaló.

Además de los trabajos en Velilla, se actúo en Fuencalderas, donde "gracias a la ayuda voluntaria de amigos y vecinos se logró encontrara a dos guerrilleros", recordó Capapé.

También en Paniza se hizo una exhumación, pero en este caso corrió a cargo de la familia.

"Es un trabajo que puede llevar año. En Velilla, por ejemplo, desde que se hace el trabajo de campo hasta que se consigue el resultado final hemos estado 4 años trabajando. Después, la exhumación como tal pueden ser 4 días según las circunstancias del terreno", dice el portavoz del colectivo.

"En este caso de Velilla nos costó encontrar la fosa porque estaba 60 metros más alejada de la zona inicial, y estuvimos tres días abriendo zanjas hasta que dimos con el lugar", explicó.