El alcalde de El Burgo de Ebro, Jesús Martínez Herrera, dirigió hace unos días a la delegación del Gobierno de Aragón una carta en la que ponía de manifiesto su "preocupación", y la de su consistorio, por el elevado número de accidentes de tráfico ocurridos en los últimos meses en la carretera N-232. Según señala el edil, el tramo con mayor siniestralidad es el que discurre entre las poblaciones de Fuentes de Ebro y La Cartuja Baja, donde "varios de los últimos accidentes han tenido trágicas consecuencias".

Jesús Martínez apunta en el escrito como principales causas de la peligrosidad "el lamentable estado de la vía, repleta de badenes, unido a la deficiente señalización de los tramos en que la carretera atraviesa los núcleos de población, especialmente en el caso de El Burgo de Ebro". A esto hay que sumar en la actualidad, señala el alcalde, una dificultad añadida para la circulación provocada por las obras de desdoblamiento de la calzada que se están ejecutando, que "tampoco están correctamente señalizadas".

UN PUNTO NEGRO En la misiva, el alcalde de El Burgo recuerda que ya informó por escrito a la demarcación de carreteras del Estado en Aragón de todos estos déficits, y solicita del Ejecutivo autónomo su mediación en estas reclamaciones para "obtener de los organismos pertinentes una solución a los defectos y carencias de la N-232".

La carretera nacional 232 en dirección a Castellón, que soporta a diario un flujo de tráfico de alrededor de 30.000 vehículos, está reconocida como uno de los puntos negros de la red viaria aragonesa. A la densidad de la circulación que soporta se suma la presencia de varios polígonos industriales, con fábricas de gran magnitud a pie de carretera y sin carriles de acceso, que obliga a los vehículos pesados a detenerse en medio de la vía para poder maniobrar y acceder a sus naves.

El desdoblamiento que ahora se acomete, tras diez años de tramitación y de espera, con enlaces que darán servicio a las áreas industriales de la zona, contribuirá a reducir la peligrosidad de esta carretera. Si bien, mientras los trabajos se están desarrollando suponen el efecto contrario, hecho que confirman los graves y constantes siniestros que han tenido lugar desde el inicio de las obras.