El juicio contra los dos arrestados hace cinco años por, supuestamente, esquilmar durante una veintena de años el rico yacimiento celtibérico de Aranda de Moncayo (Zaragoza) quedó ayer visto para sentencia. Si durante la primera sesión del juicio fue puesta en entredicho la protección del Gobierno de Aragón de dicho emplazamiento del que se extrajeron al menos 18 cascos que acabaron en manos privadas, en la jornada celebrada ayer el director del Museo Central Romano Germánico, Markus Egg, dejó en evidencia al Estado español.

Ante los magistrados de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza, este doctor aseguró que hasta en tres ocasiones (2008, 2009 y 2010) alertó a las autoridades culturales españolas de que había unos cascos celtibéricos expoliados que se iban a subastar. «Tratamos de evitar la venta, pero no hubo nunca respuesta», lamentó Egg. De hecho, la Fiscalía de Munich llegó a retener, durante varios meses, dicha colección que había estado en manos del magnate de la construcción alemán Axel Guttmann hasta que falleció.

INVESTIGACIÓN

Para llegar a la conclusión de que era un material robado, Egg investigó junto a otro especialista, Raimon Graells i Fabregat, la procedencia del mismo. De hecho, este último fue el que puso la denuncia en el 2012 ante la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo del Tribunal Supremo que derivó en la detención de los acusados, Ricardo Bienvenido G. P. y Mariano Florentino O. M. (se enfrentan a penas de 5 y 3 años de cárcel, respectivamente) como responsables de estos saqueos, así como la incautación de más de 6.000 piezas (monedas, puntas de lanza, espadas, cerámicas, etc).

El responsable de dicho museo alemán desveló durante su declaración una conversación que había mantenido con un anticuario español tratante de arte, Fernando Cunillera (ya muerto), quien contactó con él para ofrecerle los 18 cascos. «Después de una larga conversación y de haber ingerido algo de alcohol tuvo el valor de decir que eran de Aranda de Moncayo», resaltó Egg.

Finalmente, los herederos de Axel Guttmann vendieron los cascos. Dos de ellos fueron subastados por la sala Herman Histórica en abril del 2008, otros dos en la misma casa de arte en abril del 2009 y otros dos en octubre de ese año. Esos seis elementos se encuentran actualmente en el museo de arte clásico de Mougins de Francia. Ya en el 2010 se volvieron a subastar otros dos cascos en Hermann Histórica y tres más se vendieron a través de Christie’s en el 2013. La Brigada de Investigación de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional pidió a Interpol que determinara el origen de las piezas de cara a evitar este mercadeo, si bien las gestiones fueron infructuosas.

El origen de dicho patrimonio también fue certificado por varios expertos en arqueología españoles que calificaron de «excepcional» este yacimiento celtíbero que no fue hasta 2016 cuando fue protegido bajo la denominación de Bien de Interés Cultural (BIC). Dos de estos especialistas, Francisco Romeo y Luis Fatás, resaltaron que Arátikos (antigua denominación de Aranda de Moncayo) tuvo una extensión de hasta nueve hectáreas con varias necrópolis, una muralla monumental y cuyo poder económico se demuestra porque «llegó a acuñar su propia moneda». «Actualmente está pelado», lamentaron, mientras resaltaron que las 6.000 piezas intervenidas a los acusados demuestran que «no se dedicaban al coleccionismo».

Una científica que realizó una excavación autorizada en la zona en el año 1993, Milagros Navarro, resaltó que el «expolio» en la zona era evidente ya que «se había realizado un aterrazamiento».