Un total de 223 estudiantes ciegos o con discapacidad visual grave de Aragón regresan estos días a las aulas junto al resto de compañeros e insisten en la necesidad de que las nuevas tecnologías docentes sean totalmente accesibles para ellos, para que no queden excluidos de algunas materias.

La ONCE ha puesto en marcha un sistema integral de apoyo que incluye al alumnado, a los centros escolares y a las familias con el objetivo de que su incorporación se realice en igualdad de condiciones.

En una nota de prensa, la organización asegura que el 99,6 por ciento de estos estudiantes se escolariza en centros educativos ordinarios respondiendo al principio de una enseñanza inclusiva, "que es posible gracias a su esfuerzo y la colaboración y el apoyo específico de los equipos de la ONCE y de las administraciones educativas".

De los 223 alumnos con ceguera y discapacidad visual grave 47 lo hacen en Educación Infantil; 32 en Educación Primaria; 24 en Educación Secundaria Obligatoria; 4 en Bachillerato; 14 en FP; 29 en la Universidad, y 73 están inscritos en otro tipo de enseñanzas.

Desde la ONCE recuerdan que la inclusión del alumnado con ceguera y discapacidad visual en un ámbito educativo normalizado "responde a lo indicado en la legislación vigente, donde existe un único sistema en el que prevalece el derecho de cualquier alumno a recibir una atención educativa equitativa y de calidad, respetando sus necesidades específicas para posibilitar su plena inclusión educativa y social".

Los profesionales de los equipos específicos de atención educativa a personas con discapacidad visual trabajan para planificar las intervenciones que van a llevar a cabo durante todo el curso escolar con el fin de facilitar a este alumnado, su profesorado, centros y familias, los recursos humanos y materiales, así como otro tipo de apoyo que necesiten para facilitar su aprendizaje y conseguir una plena inclusión.

Además, para cada nuevo curso los servicios de producción bibliográfica de la ONCE trabajan intensamente para que el alumnado con ceguera pueda disponer desde el primer día de clase, de los mismos libros de texto que sus compañeros, solo que transcritos al sistema braille u otro soporte, así como toda la documentación necesaria (apuntes y cualquier otra documentación de interés) en formato accesible.

Muchos cuentan además con tecnología de última generación facilitadas por la ONCE para seguir el curso en igualdad de condiciones: ordenadores con voz, anotadores y calculadoras parlantes o impresoras en braille, entre otras.

Pero la ONCE lanza cada año un mensaje a las administraciones y todos los implicados en el proceso curricular para que cualquier innovación tecnológica en el aula tenga siempre en cuenta la accesibilidad porque, de lo contrario, puede dejar fuera a estos estudiantes con discapacidad visual y colocar frente a ellos barreras "a veces insuperables"