El Teatro Principal de Zaragoza acoge hoy (a las 22.00 horas) un estreno especial. Los protagonistas no son conocidos actores, ni la obra llega después de una larga y exitosa gira. Son los alumnos del tercer curso de la Escuela de Teatro, que, bajo las órdenes de Francisco Ortega, se enfrentarán por primera vez a una representación frente al gran público. La obra escogida para la ocasión es Tartufo, del dramaturgo francés Moliére.

"Hemos trabajado a partir de la versión que realizó Fernando Fernán Gómez hace 15 años, pero yo lo he vuelto a versionar quitando lo que Fernán Gómez criticaba sobre el momento político concreto que vivió y haciendo una readaptación absolutamente contemporánea del texto. Por eso, nuestra obra se llama Tartufo de hoy", explicó Francisco Ortega, director del montaje.

Hace 300 años, Moliére desató un enorme escándalo con esta función, al denunciar a través de ella a la Compañía del Santo Sacramento, una agrupación de falsos devotos, vinculados al poder y beneficiarios de sus corruptelas. "Algo que hoy sería comparable a enfrentarse a cualquiera de las tramas de corrupción política y económica que desgraciadamente tan bien conocemos", comentó Ortega.

UNA NUEVA ADAPTACIÓN Según los 14 jóvenes actores, su Tartufo no ha perdido la esencia de la versión de Fernán Gómez e incluso la de Moliére, pero tiene importantes cambios. "La obra era muy larga y se ha comprimido para conservar solo lo necesario. Así es más amena y ágil para el público", aseguró Alejandro Monzón, Cleanto sobre el escenario. "Además, suma una escena para presentar a Tartufo mediante un flashback, por lo que el personaje aparece mucho antes que en la versión original", añadió Irene Alquézar, que interpreta a Elmira. El director de Tartufo de hoy decidió quedarse "con un sentido del humor muy característico de Fernán Gómez" y, a cambio, le añadió "un final diferente".

Con su adaptación, Ortega ha tratado de hacer una reflexión sobre la hipocresía social que se da en la actualidad. "Es un intento de entender por qué los personajes (y las personas) nos comportamos así en la vida y construir una metáfora entendible para el público", explicó.

El trabajo para llegar hasta el escenario del Principal ha sido muy largo. Estos 14 jóvenes llevan cuatro meses trabajando sin descanso, pero han aprendido ha moverse sobre un escenario y a construir un personaje y han conocido de cerca el proceso de montaje de una función teatral. "Paco ha ejercido de director, no de profesor. Nos decía qué hacer y cada uno lo interpretaba como consideraba y buscaba su propio personaje, como se hace en el mundo laboral", afirmó Alejandro Monzón.

Esta actuación forma parte de un taller que todos los años realizan los alumnos que están en el último curso de la Escuela de Teatro. "Se enfrentan a dos experiencias de actuación que se presentan en público. En esta ocasión, Tartufo es la primera para ellos", señaló el director del montaje. "Hace dos años estábamos en las butacas viendo a los que entonces iban a tercero y se subían al escenario. Ahora nos toca a nosotros", aseguró Monzón. Según explican los demás protagonistas, actuar en el Principal es una mezcla de ilusión, nervios, responsabilidad e incertidumbre.