Una serie de orientaciones, dadas a conocer ayer por el Departamento de Educación, facilitarán la atención del alumnado transexual en los centros públicos y concertados de Aragón, de tal modo que estos estudiantes podrán elegir con qué nombre se les debe llamar, qué baño usar y qué indumentaria (chico o chica) llevar.

El documento propone actuaciones de sensibilización, asesoramiento y formación dirigidas a la comunidad educativa y, de esta forma, Aragón se convierte en una de las primeras comunidades en regular esta atención. «Se trata de reconocer una realidad que es objeto de situaciones conflictivas en el aula y sobre todo de una situación individual que pueden vivir con mucho dolor», explicó ayer la consejera de Educación, Mayte Pérez.

Entre las medidas previstas se incluye por ejemplo que en el caso de que en el registro no esté rectificado el nombre del menor, el centro respete al alumno el derecho a usar su nombre elegido en todas las actividades docentes y extraescolares, sin perjuicio de que en las bases de datos se mantengan los datos de identidad registrales. El profesorado y personal de los centros conocerá la condición de transexualidad previa consulta con el alumno, siempre garantizando su derecho a la intimidad. Además, el estudiante transexual contará con una persona de referencia en el centro, bien sea un adulto o un alumno colaborador.

Educación precisó ayer que, «debido a obstáculos de distinta naturaleza que conectan con creencias sexistas y transfóbicas», los menores transexuales «son especialmente vulnerables» ante situaciones de rechazo social, que en el ámbito educativo pueden desembocar en abandono o fracaso escolar.