La responsable de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Zaragoza, Elena Giner, se escuchó ayer críticas de todos los colores respecto a la gestión y aplicación del proceso de presupuestos participativos con el que los vecinos de la capital aragonesa van a poder elegir el destino de 5 millones de euros de las cuentas del consistorio de este año. Falaz, precipitado, provocado por su cabezonería, descoordinado y descompensado en la valoración de las propuestas y con escaso éxito en la implicación de los zaragozanos. Fueron algunas de las valoraciones que le dedicó toda la oposición en bloque y que se suman al descontento de las juntas de distrito y asociaciones por la deficiencias detectadas.

A Giner no le quedó más remedio que reconocer que ha habido «fallos a subsanar», aunque en su opinión deberá hacerse ya en la próxima edición, la del 2018. Algo que enojó al resto de partidos, que le exigían soluciones inmediatas y le señalaban como responsable de «generar expectativas que derivarán en frustración». Y hacerlo, le reprocharon, por su empeño en lanzar el proyecto este año, desoyendo a quienes le advertían de que esto ocurriría y que era mejor esperar al año próximo. La edila llegó a plantear que había discrepancias entre los técnicos entre lo que podía entenderse como inversión, la gota que colmaba el vaso de la paciencia de la oposición.

FALLOS

El PP, el PSOE, Ciudadanos y CHA le relataron todas esas carencias de un proceso llamado a ofrecer garantías, certidumbre y rigor, para que sirva para atraer más participación: proyectos rechazados en un distrito e incluidos en otro, propuestas que no se agrupaban pese a referirse al mismo lugar y permitir la entrada de otras, o ideas que afectan a competencias que le son impropias, entre otras. Pero ella se remitía al ejemplo de París, que «aumentó exponencialmente sus cifras en el segundo y tercer año».

«Estamos en este punto por el encabezonamiento del área de sacar este tema de forma precipitada», criticó la nacionalista Leticia Crespo, que definió el proceso como «falaz» y le advirtió de que «han sido las juntas de distrito las que le han salvado la cara» al ser «el verdadero agente dinamizador». Para Alberto Casañal, de C’s, «ha habido una falta de interrelación entre los técnicos de la casa y las meses de valoración». El socialista Roberto Fernández incidió en que «la escasísima participación deslegitima» el resultado y que es «una majadería» que haya propuestas que se han invalidado despues de ser votadas. La concejala Patricia Cavero, del PP, incidió en que ZeC está «generando confusión, problemas y un enfrentamiento» en los distritos.

«No se ha tenido en cuenta el trabajo que veníamos haciendo durante años y se nos ha puesto al mismo nivel de quienes no han participado nunca», lamentó Manuel Ortiz, de la Unión Vecinal Cesaraugusta, que hizo de portavoz de los colectivos.