Los amigos de José Luis Iranzo, el ganadero asesinado en el triple crimen de Andorra, pidieron ayer la dimisión del subdelegado del Gobierno en Teruel, José María Valero, por «mentir en sus declaraciones días después de los asesinatos» y por lo que consideran «poca empatía» con los vecinos.

En un comunicado, señalan que Valero «mintió» en sus declaraciones en los días posteriores al asesinato, en las que decía que la ciudadanía estaba avisada y que se le decía que no saliera a cazar ni coger olivas, según indicó la plataforma a Efe.

Los amigos del fallecido, que fue asesinado por el serbio Norbert Feher, alias Igor el Ruso, consideran que es «triste» que un cargo público «siga enrocado en unos argumentos insostenibles», en su opinión, «para tratar de excusar lo que dijo», y que de este modo siga empeñado en «quitar importancia a un hecho» que para todos ellos «la tiene».

Los amigos de Iranzo se reunieron con el subdelegado del Gobierno hace unos días y le trasladaron su «indignación» por las declaraciones en las que aseguraba que se había avisado a los vecinos y recomendado que no salieran y que «sus explicaciones para nada fueron convincentes».

Por eso confiaban, continúa el comunicado, en que, aprovechando la junta de seguridad que se celebró el martes en Andorra, la población «recibiera una explicación pública convincente acerca de lo que dijo».

Si no dimite, reclaman a «quien tenga potestad para hacerlo», que lo destituya de su cargo «de manera inmediata», y reclaman además a los ayuntamientos afectados que secunden su petición.

«Son a sus vecinos a los que se les engañó con unas declaraciones interesadas en su momento que ahora en parte se rectifican también a conveniencia, y con unos argumentos más bien peregrinos», apunta la nota.

TIROTEO DE ALBALATE // Hacen referencia así a las declaraciones realizadas ayer por el subdelegado tras la Junta de Seguridad de Andorra en las que decía que la población «no recibió ningún aviso especial» para que no saliera a las fincas agrícolas tras el tiroteo de Albalate del Arzobispo el 5 de diciembre, nueve días antes de que el mismo autor, Igor El Ruso, cometiera el triple crimen de Andorra.

Sí dijo que esas recomendaciones pudieron hacerlas algunos agentes en conversaciones menos formales «con toda lógica y prudencia», pero no de manera oficial.

El crimen de Andorra, en el que fueron asesinados además dos guardias civiles, creó una gran preocupación y malestar en la comarca de la Sierra de Arcos, una zona con un bajo índice de delincuencia.