Sus actos se salen del guion, por la energía que concentra Fundación Cedes. Ayer presentaban nueva colección de complementos y joyería de Mos, la firma de economía social y colaborativa que crearon hace dos años. Y volvieron a conjugar a 200 invitados en primera persona del plural. Esa con la que soñaMos, creaMos... Y amaMos. Amor de verano era el nombre de la serie que desfiló en Zaragoza Activa, en una tarde que tuvo de poco. Porque, aprovechando la ocasión, Mos nombraba a su primera embajadora, que fue la oregonesa Marisol Aznar, actriz con Tribu (la de Colomo) y voz, pero que además sabe escuchar. Teresa Muntadas, directora de Cedes, le dio la bienvenida a una cita que contó con el consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, la directora general de Familia, Teresa Sevillano, Ricardo Alfós, de Caixafórum, María González, de la CAI... En el backstage, el equipo de Intercoiffure Internacional, colaborando solidariamente, las Ideas a Mares (Mercedes Ventura, María Jesús Serrano y Laura Sánchez), Ianka Milanova y Sara Monge (diseñadoras de la colección)... Y hasta un personaje indigesto (y sí, es un guiño a su compañía) llamado Máximo Cookie que hizo del desfile una fiesta. Los modelos fueron usuarios y profesionales de Cedes, que trabaja por las personas con autismo y discapacidad intelectual. La compañía de teatro de la fundación ofreció el prólogo de la tarde (una increíble versión de Hamlet dirigida por Miguel Ba). Todo fue especial. Hasta las piezas del desfile (bolsos o collares) tenían un nombre elegido en un concurso de palabras convocado por Cedes (y que ha ha escogido términos tan bellos como prímula, boira o serendipia). La pasarela fue una fiesta. Porque ese desparpajo, oigan, no lo han visto ni en Cibeles ni en Milán. La energía que destilan las historias con alma. Como esta. Amor de verano, le llaman. O para toda la vida.