--Han cumplido una década como asociación vecinal. ¿Ha cambiado el barrio desde entonces?

--Mucho. Mientras se han podido hacer cosas las hemos hecho y han servido para mejorarlo. Ahora es más complicado. No hay dinero para nada y es una pena. Colaboramos con la otra asociación de vecinos de Casablanca, pero son muchas las reinvindicaciones.

--En este sentido, ¿cuál considera que es la reivindicación más importante que tiene en estos momentos tan difíciles el barrio?

--Hace años que venimos reclamando que el solar que está ubicado en la calle Embarcadero se convierta en un pabellón deportivo polivalente para todos los vecinos. A día de hoy sirve esta parcela solo está sirviendo como párking para los residentes de la zona y aquellos que acuden allí para comprar en los supermercados que hay próximos.

--¿Considera que ahora mismo no tienen buenas infraestructuras para la práctica del deporte en el barrio?

--De titularidad municipal, no. Ahora mismo solo hay clubes privados. Antiguamente, teníamos un convenio con ellos y podíamos acceder a sus instalaciones, pero de eso hace bastantes años. Ahora tenemos que conformarnos con un campo de futbito, que es extremadamente pequeño para que sirva para todo el barrio. Los jóvenes no tienen dónde ir.

--¿Pero tienen una casa de la juventud?

--Sí, pero la verdad es que es un espacio que da poco de sí. Apenas cuentan con recursos suficientes y los jóvenes del barrio se van a otros sitios en busca de ocio. Si tuvieran al menos ordenadores, la cosa cambiaría, pero nadie invierte para que esta situación mejore para ellos.

--¿Ni siquiera se hace desde la Junta de Distrito?

--No. Las partidas económicas de las que disponen son insuficientes en estos momentos. Nos llevamos muy bien con su presidenta, Leticia Crespo, y ella se implica en los proyectos que planteamos.

--¿Les ha afectado la llegada del tranvía?

--Mucho. Para nosotros no es tan bonito como lo pintan. Teníamos dos autobuses que llegaban hasta el centro del barrio: el 20 y el 30. Y ya no están. A la gente mayor le queda lejos la parada del tranvía. Carmen Dueso, teniente de alcalde de Servicios Públicos del ayuntamiento, nos dijo que estábamos muy mal acostumbrados en este barrio, y que de tener la parada delante de nosotros, nada. Pero creemos que eliminar el 30 fue un gran error por su parte.

--¿Han arreglado los problemas de señalización semafórica?

--No. En la calle Sagrada Familia hay un cruce muy peligroso. Han atropellado a varios vecinos. Pedimos al ayuntamiento que instalen semáforos. No es ni complicado, ni sale caro, pero hay que evitar más accidentes. Lo mismo pasa en el cruce que une la subida de Vía Ibérica con la calle Argualas.

--¿Pero es algo que podría resolverse en una mañana?

--Es lo que me preocupa. Pedimos pocas cosas y todas ellas son pequeñas. Por ejemplo, tenemos toda la calle Sagrada Familia, que es doble sentido, con iluminación en un solo lado. El otro a oscuras. Da miedo ir por ahí. Genera inseguridad.

--Pero conviven con una casa-cuartel de la Guardia Civil.

Aún así no pueden hacer nada. O no quieren. Si pasa algo llaman a la Policía Local o a la nacional.

--¿Tienen proyectos para este próximo año?

--No nos vamos a embarcar en nuevos si no salen los que tenemos ahora encima de la mesa. Todas las reinvindicaciones tienen una solución fácil y económica. A veces, los políticos nos hacen pensar que vivimos en un barrio olvidado.