El chopo cabecero, que flanquea las orillas de muchos ríos del sur de Aragón, nunca había sido un árbol más. Destacaba en el paisaje por su envergadura, su poderoso tronco y las fuertes ramas que surgían del mismo al modo de los brazos de un candelabro. Y ahora, gracias a un decreto del Gobierno de Aragón, este árbol propio del Sistema Ibérico ha sido declarado Bien de Interés Cultural Inmaterial.

Este título supone poner en valor un tipo de árbol que corría peligro de ver reducido su número, pese a su gran valor antropológico. El Boletín Oficial de Aragón que da cuenta del hecho destaca que la cultura del chopo cabecero en el sur de Aragón se refiere al aprovechamiento o manejo tradicional del populus nigra a través de su escamonda o tala periódica, así como a los conocimientos, técnicas y usos asociados a la actividad extractiva agrosilvopastoril.

La escamonda, desmoche o trasmoche consiste en la poda simultánea de todas las ramas del chopo hasta dejarlo a una altura inaccesible al ganado, de modo que el árbol adquiere con el paso del tiempo una apariencia característica, con una cabeza o toza engrosada de la que parten ramas o vigas largas y verticales.

El periodo entre escamondas oscila entre los 12 y los 15 años. Forman parte de esta cultura los conocimientos botánicos y usos tradicionales necesarios para el manejo de la especie y también los oficios artesanales asociados que se benefician de esta práctica, las herramientas y aperos empleados o el aprovechamiento específico del entorno natural, con la consiguiente generación de paisajes antrópicos o humanizados. Poseen asimismo mucha importancia los usos sociales vinculados al chopo cabecero, como todo lo relativo a la propiedad consuetudinaria de los ejemplares, su uso en rituales o la colaboración familiar y vecinal ligada a la escamonda.

Desde el punto de vista de la tradición y expresión oral, es muy amplia la terminología relativa a las operaciones, especies, o herramientas, que varían de una comarca a otra. Se trata de un léxico que ha servido como vehículo de transmisión informal de esta cultura. En Aragón se conserva el mayor número de ejemplares de chopo cabecero. Así, las principales masas forestales de este árbol de trabajo y su manejo se han conservado en la provincia de Zaragoza (comarcas de Daroca, Ribera Baja del Ebro, Campo de Cariñena, Campo de Belchite) y en la provincia de Teruel (Comunidad de Teruel, Cuencas Mineras, Jiloca, Gúdar-Javalambre, Maestrazgo y Bajo Martín).

En la actualidad, el principal destino de la leña procedente de la escamonda es el combustible, dada la larga temporada de heladas que afecta a la serranía ibérica. Sin embargo, hace apenas unas décadas eran aún más diversos los usos y aprovechamiento del chopo cabecero. Así, las vigas eran una madera muy apreciada por su ligereza y resistencia para la construcción de arquitectura tradicional.