Tras trece años como portavoz del grupo municipal de CHA, Antonio Gaspar, ha dejado el liderazgo en Zaragoza y ha pasado el testigo a su compañero Juan Martín. Seguirá como concejal, pero desde enero compatibilizará el cargo con sus clases en la universidad.

--¿Por qué se va ahora?--Se cierra una etapa. No vinimos para vivir de la política y estar aquí anclados. Si estás muchos años en política, acabas debiendo cosas, acabas teniendo relaciones que están muy viciadas.

--¿Qué ha sido lo mejor de sus trece años como portavoz?--Haber vivido los años más espectaculares de la historia moderna de la Zaragoza contemporánea. La transición a los ayuntamientos democráticos tuvo que ser impresionante, pero vivir desde dentro el momento en el que se han hecho más cosas y la ciudad ha sido más dinámica, ha sido magnífico.

--¿En qué ha cambiado la ciudad desde 1995?--Zaragoza en los últimos cinco años ha tenido una revolución potente. Hasta el 95 hubo una situación desde el punto de vista ético y político muy degradada. Luego llega una etapa de tranquilidad. Y en el 99, las manifestaciones del trasvase. Desde el 2002, trabajamos para reequilibrar socialmente los barrios y la Expo. Vivimos la mayor explosión de VPO, de equipamientos sociales y deportivos, se rompió la dinámica de destruir patrimonio. Uno de los momentos más emotivos, fue firmar el convenio de Cercanías.

--¿Qué queda de aquel concejal que en el 95 se pasaba horas estudiando expedientes?-- (Risas) Ahora tengo que buscar menos porque conozco más. Cuando llegué al ayuntamiento no teníamos ni despacho y no sabías dónde estaba el del alcalde. Ahora sabes cómo funciona todo y cambian muchas cosas, pero haber podido hacerlas es importante.

--¿Y el peor momento?--Posiblemente ver cómo después de asumir un montón de reivindicaciones y con alta carga de emotividad en todas ellas, de atender a muchos sectores sociales, no hay un buen resultado electoral. Asumimos en 4 años cosas que en otras circunstancias se hubieran asumido en 10 ó 12.

--¿Su espinita clavada es el cambio de ubicación de La Romareda?--No. Esa es una espina clavada en la sociedad zaragozana. Habrá mucha gente que estará pensando que si el campo de fútbol se hubiera hecho, sería una maravilla. En dos años, el tranvía pasará por delante de La Romareda. Planificamos al mismo tiempo que otros equipos como el Español y este club se traslada en unas semanas. Para mí, la espina clavada, es que Zaragoza sigue teniendo un poso rancio. Falta una revolución cultural. Zaragoza necesita equipamientos de vanguardia en los que el ayuntamiento ofrezca un soporte para que la ciudad cree.

--Y esos espacios son el Cubit, Fuenclara, la Azucarera...--Ahí están y no saben ni qué hacer con ellos.

--¿Qué hizo mal CHA?--La gestión concentrada nos desgastó porque gestionamos la ciudad en su momento más dinámico. No solo hicimos la Expo, sino campos de fútbol, el corredor verde, el Seminario, llevamos más de 150 obras a la vez. Tuvimos que concentrarnos en sacar adelante las exigencias y trabajamos muy poco desde el punto de vista del partido. Hay que hacer gestión y política, combinar las dos cosas. Y no lo hicimos.

--¿Qué tres actuaciones destacaría de su etapa de gobierno?--La apuesta por la recogida neumática de basuras, el Seminario y la introducción de coches eléctricos en el parque móvil municipal.

--Y ahora ¿en qué momento deja el partido en Zaragoza?--Afortunadamente, hay gente que está dispuesta a asumir el relevo y a empezar a trabajar. Juan Martín es una persona excelente desde el punto de vista político, personal y profesional. En el 2011, CHA volverá a tener un papel determinante y jugaremos con la experiencia.

--Reconoce que siente una liberación desde que dejó Urbanismo. ¿Tan duro es gobernar o es que la política no merece la pena?--Sí, sí que merece la pena. La gente debería vivir lo que supone como responsabilidad el estar gestionando cosas públicas.

--¿No está desencantado?--Sigo creyendo, aunque hay mucho intoxicador y mucha gente que pretende vivir de la política y no duda en utilizar cualquier arma para sobrevivir. Con ética se puede ir a todos los sitios.

--¿Fue más duro el derrumbe del Seminario o saber que Belloch iba a pactar con el PAR?--Reformar el Seminario fue una decisión estratégica. La oposición tuvo la habilidad de descargar en CHA y en mi persona la responsabilidad del derrumbe. Con respecto al pacto, habíamos acabado agotados y era bueno mantenernos en la oposición. De hecho, sufrimos el enfado de Belloch mucho tiempo.

--¿Y el enfado sigue?--No, el otro día tuvimos una reunión (16 meses después) y entendió que fue una decisión de partido que hay que respetar.

--Tras el pacto de coalición PSOE-PAR habló de que había "razones ocultas". ¿Cuáles eran?--Vemos lo que pasa con el Plan General. Se empiezan a percibir indicios de que están tomando una deriva muy peligrosa. Si a mí se me ocurre recalificar un suelo industrial para viviendas, imagino que nos hubieran colgado del palo mayor en la plaza pública.