El Consejo de Gobierno ha aprobado el Plan Energético de Aragón 2013-2020, que pretende conjugar el crecimiento económico y la seguridad en el abastecimiento con la mejora tecnológica, preservando el medio ambiente con un importante crecimiento de las energías renovables.

El consejero de Industria, Arturo Aliaga, ha presentado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno algunas de las líneas principales de este plan, que contiene cinco estrategias fundamentales: incrementar el parque de generación eléctrica; desarrollar las infraestructuras energéticas; promover las energías renovables; el ahorro y uso eficiente de la energía, y la investigación, el desarrollo y la innovación energética.

El plan dota a la Comunidad de un horizonte y hoja de ruta en materia de energía, lo que cobra importancia teniendo en cuenta las "profundas reformas" legislativas del sector energético y un escenario de crisis que tiene reflejo en un descenso de los consumos energéticos.

Según el Gobierno de Aragón, el plan prevé una estrategia de futuro "ambiciosa pero posible" y recuerda que Aragón posee "excelentes recursos renovables" para usos eléctricos y térmicos y aboga por seguir incrementando la generación eléctrica procedente de la eólica y, en menor media, de biomasa, hidráulica y solar.

Este planteamiento aprovecha los recursos autóctonos y renovables, disminuye la dependencia del suministro exterior, aporta flexibilidad y fiabilidad al sistema, mejora la balanza económica y contribuye a minimizar las posibles afecciones ambientales.

Este texto destaca igualmente la importancia de la utilización limpia del carbón, "que no puede quedar relegado en las estrategias comunitarias y que cumple un papel esencial en la seguridad de abastecimiento eléctrico y reducción de la dependencia exterior".

Respecto a las infraestructuras, se incluyen en el plan las necesarias para la vertebración del territorio en cuanto a generación y consumo de gas y electricidad.

Para conseguir sus objetivos, el plan propone la promoción de inversiones en eficiencia energética y aprovechamiento de las energías renovables mediante subvenciones, líneas de financiación y promoción de las empresas de servicios energéticos.

También la elaboración de normativa que agilice y racionalice los procedimientos administrativos; la elaboración de planes de acción sobre materias concretas; la potenciación del tejido industrial, y el fomento de la transferencia tecnológica con el concurso de las universidades.

Con todas estas premisas, se estima un impacto en el empleo para todo el periodo de 20.000 personas en la fase de construcción y de 2.400 en la de explotación de las infraestructuras e instalaciones de generación durante los años posteriores cuando ya estén hechas.

No se trata de que se vayan a crear 22.400 nuevos puestos de trabajo, sino que se considera que los relacionados con el desarrollo de este plan -bien nuevos, bien ya existentes- rondarán esta cifra en todo el periodo de vigencia del plan, distribuidos en la realización de proyectos, ingeniería, construcción, montaje y explotación.