"Vamos a llegar hasta el final y si eso nos lleva a acudir a otras instancias que no sean las administrativas, desde luego que lo contemplamos". Así de contundente se mostró ayer el presidente de la Asociación de Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa), Carlos Bitrián, para insistir en su objetivo de que la Fundición Averly sea declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en su nivel máximo de protección, en la categoría de Conjunto Histórico, para evitar que acabe siendo derribada. Y para ayudar a los responsables de la Dirección General de Patrimonio del Ejecutivo autonómico en su decisión de determinar si merece esa catalogación, ayer registró tres informes realizados por otros tantos expertos que avalan su petición.

Estos tres especialistas son el doctor en Historia del Arte Francisco Javier Jiménez Zorzo, la profesora titular del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, Pilar Biel, y el doctor en Historia Agustín Sancho. Todos destacan el "enorme" valor de este legado, y que "su pérdida supondría el empobrecimiento para la cultura y la historia de Aragón".

Su importancia es mayor por ser la "única" fábrica capaz de dar testimonio de la industrialización desde hace 160 años, y que alberga en su interior, entre los numerosos bienes muebles, "más de 10.000 modelos" de fundición y "25 de arte industrial", además de una extensa documentación desde el siglo XIX.

Apudepa, además, remarcó que al margen de la compraventa del suelo, la culpa de esta compleja situación la tiene la "poca diligencia" con la que ha actuado la Administración, ya que en el 2011 se comprometió a salvaguardar todo (edificaciones y contenido), junto a otros 99 bienes de toda España que se incluyeron en el Plan Nacional de Patrimonio Industrial (con el Instituto de Patrimonio Cultural de España) y ni siquiera han modificado el Plan General que ahora, una vez comprado el suelo y sin actividad industrial, permite levantar 200 pisos en la zona.

Sin embargo, Bitrián admitió que estos informes de los expertos se han realizado sin poder acceder al interior de Averly, desconociendo cuál es el estado actual de conservación de las edificaciones y si la familia ha empezado a sacar los materiales que, a la firma de la venta, se comprometió a extraer antes del próximo 31 de diciembre.