Han tenido que pasar 30 años --los que lleva sin uso la línea--, de los cuales 15 han sido de batallas permanentes, para que la línea del Canfranc reviva en la parte francesa. El Consejo Regional de Aquitania --el equivalente al Gobierno de Aragón-- dio ayer el pistoletazo de salida, con gran pompa, a los trabajos de rehabilitación de un tramo de 24,5 kilómetros que, según las previsiones, entrará en servicio en marzo del 2016. Unirá las localidades de Bedous y Olorón y acercará el tren a una treintena de kilómetros de Canfranc estación.

Aquitania tiene previsto invertir, en solitario, 102 millones de euros, que servirán para limpiar el trazado, repleto de hierbas y malezas, reconstruir puentes (hasta 12), construir otros dos, sustituir raíles y eliminar seis de los 27 pasos a nivel. Todo sin financiación del Gobierno de París y respetando el medio ambiente ya que atraviesa cuatro zonas Natura 2000.

La escenificación del inicio de las obras tuvo lugar en Lurbe-Saint-Christau, donde el presidente aquitano Alain Rousset asistió junto al responsable regional de la red ferroviaria fancesa.

Cuando el tramo esté en servicio --y dé continuación al Pau-Olorón-- habrá cuatro trenes ida y vuelta diarios hasta Bedous, y dos suplementarios hasta Bidos, con un tiempo de 27 minutos por trayecto. También se habilitarán tres nuevas paradas en Bidos, Lurbe-Saint-Christau y Bedous.

El empecinamiento de la región de Aquitania en recuperar la línea del Canfranc, con el objeto de sacar del aislamiento a los pueblos del valle del Aspe y atraerlos a Olorón, dejará el tren a 32 kilómetros de la localidad altoaragonesa, sin que esto suponga una continuidad para la tan reivindicada recuperación del trazado transpirenaico al completo.

ALTERNATIVAS Mientras tanto, el Gobierno de Aragón, junto con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ha convocado el lunes en Madrid a alrededor de 250 personas del sector empresarial para promocionar las ventajas que ofrece el Corredor central y la Travesía Central de los Pirineos (TCP) como un eje fundamental para Europa y apuesta de futuro para la intermodalidad.

La TCP es, para el Gobierno aragonés, la opción más competitiva para el transporte de mercancías, ya que podrá canalizar más de 30 millones de toneladas al año. Este túnel de baja cota pone en valor 1.500 kilómetros de vía férrea entre el Norte de África y el Norte de Europa, evitando colapsos de tráfico. A pleno funcionamiento, el eje supondría tener un PIB de 1.178 millones de euros adicionales en el conjunto de la economía, año tras año.