El director general de Ordenación del Territorio del Gobierno de Aragón, Joaquín Palacín, ha informado hoy a su homóloga en Navarra, Eva García Balaguer, de los posibles riesgos para el embalse de Yesa derivados del proyecto de puesta en marcha de una mina de potasa entre ambas comunidades.

Según informa el Ejecutivo autonómico, Palacín se ha referido a las posibles repercusiones medioambientales y sísmicas que se podrían originar y ha considerado necesaria la elaboración de un informe sismológico para descartar movimientos de terrenos tanto en la zona de la mina como en Yesa.

El director general ha advertido, además, de que las obras de recrecimiento del embalse de Yesa no sólo han planteado problemas de deslizamientos de laderas sino que se ejecutan en la actualidad con "una inversión estratosférica y sin ninguna garantía".

Durante el encuentro, ha informado a su homóloga navarra del contenido de un informe elaborado por su departamento que detecta una serie de "deficiencias" en el proyecto de la mina de potasa que se prevé ubicar entre los municipios navarros de Javier y Sangüesa y los aragoneses de Undués de Lerda y Urriés.

El estudio destaca que las instalaciones mineras requerirían de la construcción de un nuevo vial por la cual circularían hasta 39 camiones a la hora en determinados meses, de una línea de alta tensión y de una demanda de agua de 819.784 metros cúbicos al año.

El informe señala que la actividad minera generaría molestias durante la fase de explotación por polvo, ruidos y vibraciones en la localidad de Undués de Lerda, situada a menos de 300 metros del área de explotación y de 1,5 kilómetros de la bocamina.

Alude también al hecho de que en la documentación aportada por la empresa promotora del proyecto, Geoalcali, no se alude a los riesgos sísmicos de la zona ni a las repercusiones que podrían derivarse de la explotación.

El informe destaca, asimismo, que en el proceso productivo anunciado no se justifican "convenientemente" los medios empleados para la depuración de las aguas sobrantes empleadas en el proceso, ni las medidas previstas para evitar posibles desbordamientos de las balsas que pudieran contaminar suelos y cauces cercanos.

Tras insistir en las "serias dudas" generadas por el proyecto en Aragón, Palacín ha incidido en la necesidad de que se tengan en cuenta las afecciones medioambientales y de seguridad que se puedan producir tanto en la zona de explotación como en el propio embalse de Yesa.