La proyección del documental de Vicky Calavia, Al Este, en un Museo Pablo Serrano que encadena actividades y eventos sirvió para presentar la batería de actos culturales con que Aragón y Cataluña se darán la mano en los próximos meses. Gobierno de Aragón y Diputación de Zaragoza anuncian una ambiciosa exposición para octubre, y algunas publicaciones explorarán el pasado común y los presentes lazos de ambas Comunidades.

El documental de Vicky Calavia, en un tono franco y positivo, con imágenes del ayer (puerto de Mequinenza, revolución industrial, Centro Aragónes de Barcelona...) y del hoy (Joan Manuel Serrat, Luis Buñuel, Pere Portabella, Pablo Gargallo, José Manuel Broto, Jesús Moncada, más un largo etcétera de artistas ligados a Cataluña y a Aragón) destaca muchos de esos lazos, empatías y sinergias entre dos Autonomías que también han tenido sus desencuentros, como viene sucediendo con los caudales del Ebro o los Bienes de La Franja.

Cerró el acto el presidente aragonés, Javier Lambán, con un discurso de calado, en el que analizó la situación actual entre ambas Comunidades, a la luz del papel que el moderno Aragón quiere desempeñar en el conflicto que separa a una parte de Cataluña con, en su mayor parte, el resto de España.

Comenzó Lambán advirtiendo sobre la conveniencia de no confundir la parte con el todo (sinécdoque), absteniéndonos de identificar al insensato Puigdemont con la mayoría de nuestra población vecina.

Precisamente en esa característica de vecindaz deberíamos encontrar las claves para mantener las mejores relaciones con Cataluña, sugirió Lambán, secundando sus iniciativas y valores, que son muchos, y ofreciéndonos para mediar en cualquier conflicto en el que la ayuda de Aragón pueda resultar de utilidad. No la de aquel Aragón victimista y localista del que Lambán huye como de una habitación mal ventilada, sino de ese otro Aragón que tantas veces ha hecho política con mayúsculas, demostrando con creces su lealtad y sentido institucional, de Estado, y aportando ideas, riqueza y talante.

Ojalá esta hermosa iniciativa redunde en la renovación de una savia que históricamente ha nutrido por igual a ambos pueblos, durante tantos siglos unidos por una misma Corona, y hoy por la mutua admiración y el compartido afecto.