La reapertura del Canfranc fue uno de los temas tratados en la XXV Cumbre hispano-francesa celebrada ayer en Málaga, con la presencia de los presidentes de España, Mariano Rajoy, y Francia, François Hollande, a pesar de que en la declaración conjunta no se mencionó expresamente.

Tras contrastar con el Ministerio de Fomento la información y de que el propio presidente aragonés, Javier Lambán, haya hablado con el ministro Íñigo de la Serna, el consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro, ha confirmado que "estaba en la agenda y se habló expresamente" del Canfranc en la reunión sectorial.

Soro ha recordado que en la declaración conjunta no se realizó ninguna mención del Canfranc ni tampoco del eje Cantábrico-Mediterráneo y se hizo de forma genérica sobre las interconexiones.

No obstante, el ministro sí que habló del Canfranc en su intervención porque aunque no apareció en la declaración conjunta estaba en la agenda.

Tras la explicación pedida por el Gobierno de Aragón, a través del propio presidente Lambán, el consejero ha apuntado que en la reunión sectorial se "trasladó el apoyo no solo del Gobierno español" sino que se comprobó que por parte de Francia "hay una actitud proclive" y que también cuenta con el apoyo del ministerio francés.

Además también se puso en valor el trabajo conjunto que se está realizando para optar a ayudas europeas y el impulso que ha recibido el proyecto tras la reunión cuatripartita del pasado 30 de enero en Burdeos (Francia) con la declaración conjunta de Aragón, Aquitania y los Gobiernos de España y Francia para impulsar la reapertura.

Soro se ha felicitado porque después de "muchos años" se ha podido comprobar de que el Canfranc "ya está en la agenda" y una de las claves para la realización del proyecto de reapertura de la línea internacional está, precisamente, "en el trabajo conjunto que se ha llevado a cabo para la elaboración de un dossier técnico para obtener fondos europeos a través del Mecanismo Conectar Europa".

Para el consejero se trata de un proyecto que apoyan "decididamente" España y Francia para el que "no hay marcha atrás" y que desde el Gobierno de Aragón se acoge "con satisfacción".