La creación y modernización de regadíos en Aragón dejará de ser una potestad que ejerza directamente la Comunidad autónoma, que concederá ahora esta iniciativa a las organizaciones de regantes, tanto desde el punto de vista técnico como financiero.

Así se recoge en el decreto aprobado hoy por el Consejo de Gobierno de Aragón, que opta por un modelo netamente subvencional como alternativa a un modelo de tipo concesional.

Un modelo que, como ha explicado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno el consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, estaba basado en una ley preconstitucional de 1973, que además era "ineficaz, caro y obsoleto".

Olona ha precisado que no se trata de una "mera modificación legislativa" sino que se trata de una apuesta por la modernización y creación de regadíos para hacer frente a la aridez.

El cambio permitirá "adaptarse a la realidad presupuestaria y terminar zonas que llevan demasiados años con inversiones parcialmente ejecutadas u "ociosas" como en Bardenas, Monegros y en la comunidad de regantes de Civan en Caspe y Chiprana.

Ahora serán las comunidades de regantes las que harán frente a la financiación y ejecución de las obras, para lo que el Gobierno prevé ayudas de hasta el 50 % de la inversión, con un techo máximo de 7.500 euros por hectárea.

Para ello, el Gobierno de Aragón destinará hasta 100 millones de euros, que podrán pagarse a los beneficiarios en un plazo de hasta 25 años.

Una vez sea publicado el Decreto, que actúa como base reguladora de la subvención, será necesario publicar las correspondientes órdenes de convocatoria de las subvenciones, a las que se podrán presentar las comunidades de regantes interesadas sometiéndose a un proceso de concurrencia competitiva.

El consejero ha anunciado de que las subvenciones se convocarán a finales de este año o principios del que viene puesto que en algunos casos todavía se tienen que constituir potenciales interesados como comunidades de regantes a fin de poder optar a la ayuda.

El objetivo es el de ejecutar antes de final de 2020 las inversiones pendientes en esta materia, que tengan un mayor interés por parte de los regantes y que supongan un mayor impacto económico en el territorio.

Si bien, ha advertido de que "no consiste en hacer miles y miles de hectáreas", sino "manchas de regadío" en áreas áridas del valle medio del Ebro y ello sin perder de vista "la sensibilidad ambiental y social".

El interés del regadío radica en la creación de empleo y economía en el medio rural que asegure la vertebración de un territorio de elevada aridez en Aragón.

En opinión del consejero esta es la única forma de asegurar una estabilidad de producciones que permita el desarrollo posterior de agroindustria y el avance en la implantación de un sector terciario que preste servicios al complejo agroalimentario resultante.

En el decreto, según ha informado el consejero de Desarrollo Rural también se incluyen como ámbito de actuación el cereal y los regadíos sociales y además se ha aprobado otro decreto para que la sociedad estatal Acuaes pueda actuar en estas zonas.