Va la actualidad a toda leche, y uno no da a basto. No hay tiempo para analizar las cosas a un ritmo razonable. Porque, claro, aún estás dándole vueltas a la extraña intervención y venta del banco Popular, resuelta (bien o mal) en el oscuro mundo de los secretos financieros, y ya está el Liberbank deslizándose hacia el sumidero. Apenas te has preguntado cómo han podido perderlo todo los trescientos mil pequeños accionistas de una entidad que hace meses era aprobada con nota en los test de resistencia, cuando el Constitucional falla por fin el tema de la amnistía fiscal, proclamando el carácter ilegal del truco ejecutado por Montoro, pero haciéndolo con la tardanza precisa para salvar a la práctica totalidad de los defraudadores que se pusieron al día a precio de saldo. Y lo de Gran Bretaña, donde a la conservadora May, que iba de gran triunfadora, casi se la lleva por delante un caballero tan obvio como Corbyn. Y el rejonazo que le metió el ex-director del FBI al presidente Trump. Y el resbalón de Podemos en la Asamblea de Madrid. Y...

Así que apenas nos dimos cuenta de que aquí, en la Tierra Noble, también ocurrían cosas muy curiosas. Por ejemplo, que el mismo día en que nuestro bendito Gobierno autónomo comunicaba con gran alborozo la posibilidad de que Plaza se convierta en una base logística de los importadores chinos... se hacía pública una macrooperación antifraude desarrollada en toda España (también en Aragón) contra distribuidores de la misma nacionalidad. Lo cual no deja de tener su miga. ¿Otra vez nos estamos enredando con amistades peligrosas?

O lo del presupuesto. Meses de idas y venida para aprobarlo, y cuando ya estábamos más tranquilos va la propia Intervención de la Administraicón autónoma y advierte que las cuentas hechas por el consejero Gimeno no podrán cuadrar (el aludido dice que sí, que sí), lo que obligará a realizar modificaciones sobre la marcha para atender al pago de sueldos y otros fines ineludibles. O sea, que, a la postre, el remoloneo y las supicacias de Echenique tendrán su razón de ser.

De remate, y justo en plena depresión por el déficit crónico que lastra las cuentas aragonesas (mientras otras comunidades cobran espléndidos peajes por razones de evidente oportunidad política), el Gobierno central niega a la margen derecha del Ebro las ayudas por la sequía que ha concedido a otros territorios. De tal forma, que la sensación de maltrato, el victimismo y el crujir de dientes tendrán muy buenos motivos para seguir caracterizando el habitual sentimiento aragones.

Muy lejos de Madrid, muy faltos de criterio. ¿Y qué dan de sí las reuniones del jefe del PAR, Aliaga, con el gran Rajoy?, se preguntarán ustedes. ¡Ay, amigos!, el PAR ya no es bisagra ni clavico. Algunos de sus cuadros se han buscado la vida en Ciudadanos, otros se arriman al PP, Biel disfruta del retiro... y Boné, tras dejarnos el enorme y oscuro roto de las depuradoras, asesora a empresas que quieren entrar en las subastas de renovables. Lo hace al frente del mismo equipo con el que manejó a placer el departamento de Medio Ambiente. Qué listo, ¿verdad?.